El grisú, "azote" de las minas

En las minas de carbón existen dos tipos de accidentes, que suelen tener consecuencias mortales, motivados por el grisú, mezcla gaseosa, muy inflamable, de metano y aire, que se desprende espontáneamente del fondo de las minas de hulla. Cuando la concentración en el aire de¡ gas metano supera el 6% se produce la explosión. A partir de concentraciones superiores al 16%, el oxígeno desaparece.Tradicionalmente el grisú ha sido causa de numerosos accidentes provocados por distintos motivos: el trabajo con barrenos, la utilización de lámparas de gasolina o carburo para iluminar o cualquier imprudencia -encender un cigarro- han sido frecuentemente la causa desencadenante de explosiones de grisú y enormes tragedias en las minas.

En la actualidad, el trabajo con barrenos ha dado paso a los martillos perforadores con previa inyección de agua y las lámparas son de baterías o pilas. Además, se utilizan unos detectores para medir la cantidad de metano existente en el aire, según Silvino Fernández Muñiz, técnico del Instituto Nacional del Carbón, de Oviedo. No obstante, el grisú puede explosionar simplemente por fumar un cigarro en una parte de la mina en la que esté prohibido, por una avería técnica que pueda hacer saltar una chispa o por falta de control y vigilancia.

Las explosiones de grisú pueden darse con más facilidad en carbones altos en volátiles, con mayor cantidad de materias gaseosas y mayor facilidad para el desprendimiento de los gases, en terrenos que puedan acumular bolsas entre masas de carbón o en las partes más abandonadas de la mina. En algunos casos surgen desprendimientos instantáneos de bolsas de grisú concentradas en capas de carbón sin arrancar. Al picar en las proximidades de esas bolsas, que están a una presi ón determinada, las paredes no resisten el mantenimiento de las bolsas en su interior y se producen violentos desprendimientos de grisú, sin explosión, que arrancan grandes capas de carbón, también con efectos generalmente mortales.