El Plan Estratégico de las Fuerzas Armadas para la década de los ochenta, presentado al Rey
La propuesta del Plan Estratégico Conjunto y la determinación, dentro de este Plan, del Objetivo de Fuerza Conjunto, para las Fuerzas Armadas fueron presentadas ayer tarde al Rey Juan Carlos, en el palacio de La Zarzuela. El Plan está previsto para afrontar las necesidades de la Defensa, en la década de los años ochenta.
Asistieron a la reunión el presidente del Gobierno, Adolfo Suárez; el vicepresidente para Asuntos de la Defensa, teniente general Manuel Gutiérrez Mellado; el ministro de Defensa, Agustín Rodríguez Sahagún; el presidente de la Junta de Jefes de Estado Mayor, teniente general Ignacio Alfaro Arregui, y los jefes de Estado Mayor del Ejército, el Aire y la Armada, tenientes generales José Gabeiras, Emiliano Alfaro y almirante Luis Arévalo, respectivamente.Sobre el contenido concreto de la reunión no se ha facilitado información, quizá por el hecho de que el Plan, salvo en sus líneas generales, es secreto por su propia naturaleza, ya que fija objetivos concretos que comprenden sectores fundamentales de la Defensa nacional. Por otra parte, se cree que el Plan presentado ayer no es un documento definitivo y que se perfilará todavía hasta su aprobación definitiva.
En septiembre de 1977, y en el Informe general del entonces ministro de Defensa, teniente general Gutiérrez Mellado, se mencionaba, entre los planes del Departamento, el trabajo de los Estados Mayores, «a fin de conseguir unos objetivos de fuerza ágiles, dinámicos y operativos que constituyan el embrión mínimo necesario para que, en su día, una vez determinados la política de Defensa, la política Militar y el correspondiente Plan estratégico conjunto se fije, definitivamente, el Objetivo de Fuerza Conjunto, en el que se irán integrando los de cada Ejército. »
Un año después, en el informe general del ministro de Defensa de 1978 -también Gutiérrez Mellado- se insistía y se amplia el mismo tema. Partiendo de una premisa: conseguir «unas Fuerzas Armadas firmes, sólidas, operativas, unidas, adecuadas a las posibilidades económicas nacionales identificadas con la voluntad libremente expresada del pueblo español», se afirmaba que esa meta «nos ha de llevar hacia ese objetivo de fuerza conjunto que piden los ejércitos».
Inmediatamente después, el mismo informe señalaba los puntos que ese objetivo había de definir y que son éstos: «Que Fuerzas Armadas (carros, buques, aviones ... ) debe tener España en consonancia con sus necesidades de defensa y sus posibilidades nacionales e internacionales; dónde debe tenerlas (despliegue operativo, según la situación); cómo debe apoyarlas (despliegue logístico) y en qué condiciones quiere tenerlas: prioridad de unidades, régimen de vida y de trabajo en las mismas, sistemas de voluntariado y de recluta normal con tiempo dé duración en filas, formación de los cuadros de mando y selección de los mismos, sistemas de enseñanza. »
Muy recientemente, el ministro de Defensa, señor Rodríguez Sahagún, se refería en unas declaraciones a la necesidad de lograr «una mayor eficacia», que debía obtenerse «en el campo del material y de todos los recursos, tratando de lograr una optimización dentro de las posibilidades que nos permita nuestro presupuesto. «Precisamente», añadía, «en esta línea y de cara a precisar y concretar la política de defensa, se está elaborando un plan estratégico conjunto, cuyo punto de partida es la definición del objetivo de fuerza conjunto que se está terminando estos días».
El ministro aseguraba también que «de acuerdo con el plan estratégico conjunto se está llevando a cabo la planificación de nuestras Fuerzas Armadas para la década de los ochenta, en la que sí podemos estar seguros», afirmaba el señor Rodríguez Sahagún, «de que se va a dar un salto verdaderamente gigantesco y decisivo».
Entrega de diplomas
Ayer por la mañana, el Rey, acompañado del presidente del Gobierno, del vicepresidente para Asuntos de la Defensa y del ministro de Defensa, presidió en el Cuartel General del Aire la entrega de diplomas y condecoraciones a los alumnos de la 35 promoción de la Escuela Superior del Aire.
El Rey impuso la cruz del Mérito Aeronáutico con distintivo blanco al número uno de la promoción, comandante del Aire, Agustín Alvarez López. Después, don Juan Carlos entregó los diplomas a los treinta alumnos del curso y condecoró con la distinción antes citada a los jefes y oficiales de la fuerza aérea de Filipinas, Venezuela, Chile y México, que le habían seguido. Terminado el acto, el Rey declaró clausurado el curso 1978-1979 e inaugurado el 1979-1980.
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