Los sindicatos británicos aprueban con reservas el plan de reestructuración de British Leyland
Los sindicatos británicos han dado su aprobación, en principio, a un plan de reestructuración de la British Leyland, que prevé, entre otras cosas, el despido de 25.000 trabajadores en los próximos cinco años. El plan fue anunciado el pasado mes por el presidente de la primera industria del motor británica, sir Michael Edwards, como única forma de salvar del hundimiento a lo que en otro tiempo fue orgullo de la industria automovilística del Reino Unido.El acuerdo con los sindicatos se alcanzó tras una dramática reunión de ocho horas entre la dirección de Leyland y los líderes de la confederación sindical de obreros mecánicos y de astilleros. La reunión estuvo a punto de fracasar en varias ocasiones.
A cambio del acuerdo, en principio, Leyland se compromete a no recurrir a los despidos forzosos «hasta que se hayan agotado todos los caminos posibles».
British Leyland, que procedió al despido de 17.000 obreros la pasada primavera, está atravesando en estos momentos la mayor crisis de su historia, debida principalmente a la poca competitividad de sus productos en los mercados exteriores y a la mayor aceptación de los modelos medios europeos en el mercado británico.
Leyland ha sido incapaz hasta el momento de producir un modelo que pueda hacer frente a la competencia que le presentan el Ford Fiesta, el Fiat 127 y el Volkswagen Golf, por citar sólo los modelos más vendidos en el Reino Unido. Uno de sus modelos, el Mini, lleva más de veinte años en el mercado.
Los directivos de la compañía han propuesto un plan drástico de modernización y reestructuración de la empresa, cuyos principales puntos incluyen la introducción de nuevos modelos en los próximos cinco años -uno en colaboración con la Honda japonesa-, el cierre de trece de sus plantas, entre ellas las dedicadas a la fabricación de autobuses de dos pisos y al modelo MG, y el despido de 25.000 de sus 120.000 trabajadores a lo largo de los próximos cinco años.
Sir Michael Edwards había manifestado que no sometería este plan a la aprobación de su consejo de administración si no obtenía antes el visto bueno de los sindicatos. Y este acuerdo lo ha conseguido, por lo menos de los dirigentes de la confederación sindical. El plan deberá ser aprobado ahora por el consejo de Leyland y por la totalidad de enlaces sindicales, que celebrarán una reunión masiva a este respecto el próximo sábado, en Coventry.
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