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España estudia la compra de café a Nicaragua

La Adminstración española estudia con la de Nicaragua la posibilidad de llegar a un contrato de suministro de café, una vez que en aquel país ha sido nacionalizado este comercio.Nicaragua ha hecho ya una oferta referente a calidades y, al parecer, no ha puesto limitación en cuanto a la cantidad. Aún no se ha hablado sobre el tema precios, que se haría en cuanto se materialice el contrato. El comercio de café con Nicaragua lo haría España en régimen de Estado a Estado, igual que con Costa de Marfil, Cuba, República Malgache y Colombia, operaciones que suponen casi el 60% de las compras españolas de café. El resto se compra por concursos, que se convocan actualmente cada dos o tres semanas, en base a las necesidades de cada momento y en función de la marcha de los mercados internacionales.

España mantiene actualmente para el café un régimen de comercio de Estado, que desaparecerá el próximo mes de marzo de 1980, para pasar al de comercio privatizado (como se hace en Europa), de cara a la integración española en la CEE. A partir de entonces, la Administración mantendrá varios meses de comercio mixto para cuidar que una retracción de los importadores privados no deje desabastecido al país, que el comercio no caiga en manos de las compañías multinacionales y que el Gobierno español no pierda el instrumento tan importante de política comercial que actualmente le supone este producto (España es el tercer importador mundial).

Según fuentes de la Administración, actualmente hay stock de café para tres meses.

Tras la recesión registrada el pasado año, el consumo ha vuelto a aumentar en nuestro país, haciéndose necesario importar una media de 10.000 toneladas mensuales en lo que va de año (el año pasado fue de 7.500). Este café se compra actualmente a unos 4.000 dólares la tonelada (en verde), lo que sitúa al café en el tercer renglón de importaciones (más de 30.000 millones de pesetas.

El confusionismo sigue dominando los mercados internacionales, tras el anuncio realizado por Brasil (primer exportador mundial) de que las heladas habian dañado considerablemente sus cosechas. Investigaciones realizadas posteríomente aseguran, sin embargo, que puede tratarse de una nueva estrategia brasileña para provocar un nuevo alza en los precios, puesto que predicciones del mes de agosto sitúan la producción mundial para la temporada 1979-1980, en cifras ligeramente superiores a las de la campaña pasada (79,3 millones de sacos, frente a los 76,8 millones del año pasado).

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