El Ejército no es una rueda arbitraria que pueda turbar la armonía de la nación
El nuevo jefe del Mando Aéreo de Combate y de la Primera Región Aérea, teniente general Rafael López-Sáez Rodrigo, tomó ayer posesión de su cargo en la base aérea de Torrejón, y en un discurso analizó el significado del Ejército y señaló que por su entronque con el pueblo «y siendo símbolo de su energía coactiva es, por su propia esencia, no una rueda cuyo giro arbitrario pueda turbar la armonía de la nación, sino fuerza y elemento social que completa las actividades y energía de la Patria».El jefe del Estado Mayor del Aire, teniente general Emiliano José Alfaro Arregui, que cerró el acto, volvió a referirse a la situación terrorista de nuestro país y afirmó dirigiéndose a sus compañeros de armas que «hemos de responder con firmeza de espíritu, con mayor sentimiento de unidad, con un disciplina más exacta y, sobre todo con una lealtad completa a la Corona y una fidelidad sin límites a nuestro Rey».
El jefe del Estado Mayor del Aire había hecho mención a «estos momentos en que España se siente dolorida en la muerte de nuestros compañeros, víctimas de un terrorismo que quiere destruir las esencias de la Patria» y los componentes del Ejército como «fieles guardianes de las mismas».
El nuevo jefe del Mando Aéreo de Combate pronunció un discurso en el que subrayó que «la razón de ser de los ejércitos, como establecen nuestras reales ordenanzas, es la defensa militar de España, y su misión garantizar la soberanía independencia de la Patria, defender la integridad territorial el ordenamiento constitucional»
«Por eso», siguió, «la defensa nacional no es sólo deber de nosotros los militares, sino de todo los españoles y para eso las Fuerza Armadas son elemento esencial de aquélla, en su alerta permanente por la seguridad de la Patria.» Prosiguió afirmando que «ningún error más fecundo en desventuras que intentar alejar al Ejército del pueblo, atribuyéndole intereses egoístas y contrapuestos a los que la Patria, en la totalidad de sus aspiraciones, persigue». «Son palabras felices», dijo, «de un hombre de Estado español y patriota -Canalejas- que por el simple hecho de serlo fue asesinado, como siempre a traición y por la espalda, principios de siglo por los terroristas de entonces.»
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