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Congreso Extraordinario del PSOE

Asumido el marxismo como instrumento de análisis y transformación de la realidad

La polémica socialista sobre «marxismo sí, marxismo no» acabó ayer en el Congreso Extraordinario con la aprobación, con dos delegaciones en contra y cuatro abstenciones, de una ponencia ideológica que no introduce novedades espectaculares sobre las definiciones anteriores del PSOE, aunque sí alude, por primera vez, al respeto pleno de las creencias personales.

El texto aprobado en relación con el marxismo es el siguiente: «El PSOE asume el marxismo como un instrumento teórico, crítico y no dogmático para el análisis y transformación de la realidad social, recogiendo las distintas aportaciones marxistas y no marxistas que han contribuido a hacer del socialismo la gran alternativa emancipadora de nuestro tiempo y respetando plenamente las creencias personales.»Este texto es fruto de una enmienda transaccional presentada por varias delegaciones en relación con el texto aprobado por la comisión que a lo largo del último día preparó la ponencia ideológica. El texto aprobado inicialmente por dicha comisión era muy parecido al ratificado finalmente por el congreso, aunque no aludía al respeto a las creencias personales.

La ponencia ideológica aprobada en el Congreso Extraordinario consta de unos siete folios, tres de los cuales constituyen un preámbulo a propósito del centenario del PSOE. En dicho preámbulo se dice, entre otras cosas, que el ideal del Partido Socialista Obrero Español es la completa emancipación de la clase trabajadora, es decir, «la abolición de todas las clases sociales y su conversión en una sola de trabajadores, dueños del fruto de su trabajo, libres, iguales, honrados e inteligentes». Esta frase, que figura en el programa de fundación del partido, fue acogida con aplausos por los delegados.

En cuanto al contenido ideológico, el PSOE reafirma su carácter de clase, de masas, democrático y federal. «La sociedad que el PSOE preconiza es una alternativa global y completa a la sociedad capitalista, por ser ésta intrínsecamente injusta y explotadora.» La ponencia prosigue afirmando que los socialistas no pretenden solamente la corrección de las injusticias más evidentes del sistema capitalista, «por lo que debe ser afirmada la voluntad de transformación radical de la sociedad, negándose la posibilidad de una gestión pura y simple del sistema capitalista».

Se reafirma el principio de la autogestión como base de la ordenación de la futura sociedad socialista y se dice que la «revolución de la mayoría» de la que hablaba Engels implica una política de masas, «una política en la que los socialistas, como fuerza mayoritaria de los trabajadores y del pueblo, hemos de impulsar la coagulación de un amplio y mayoritario bloque social contra la dominación capitalista, rechazando el vanguardismo y el sectarismo, impulsando la unidad social de una amplia mayoría».

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