Las relaciones chino-soviéticas
«Chinos y soviéticos buscan nuevas reglas de juego para sus difíciles relaciones. (...)Chinos y soviéticos pueden descubrir que, a medio plazo, sus economías son complementarias. La Unión Soviética puede suministrar a China la tecnología de base en el campo del petróleo, del carbón, de la energía eléctrica (construcción de grandes centrales hidroeléctricas en las grandes planicies chinas), de lo que China tiene necesidad para salir del subdesarrollo. China puede proporcionar a la Unión Soviética todo lo que necesita Iván, el hombre de la calle soviético: textiles, productos alimenticios, del artesanado, bienes de consumo y de uso corriente.
Desembarazándose de prejuicios políticos y estratégicos, chinos y soviéticos pueden constatar que también a largo plazo entre sus economías, ambas constituidas por empresas públicas y planificadas, puede existir una mayor posibilidad de comunicación y de integración que con las economías de los países capitalistas, formadas por empresas privadas y regidas por la lógica del mercado.»
, 24 de septiembre
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