Desalentador encuentro entre el PC y el PS franceses

Por primera vez, tras el fracaso de la Unión de la Izquierda, en los comicios legislativos de marzo de 1978, se reunieron ayer dos delegaciones de los comunistas y socialistas, el resultado de este contacto, desalentador para el 50% del electorado que aproximadamente se dice de izquierdas en Francia, evidencia el bloqueo de la oposición.En la sede parisiense del Partido Comunista Francés (PCF), la representación comunista, al frente del dirigente nacional, Charles Fiterman, y la socialista, conducida por el miembro del secretariado nacional del Partido Socialista (PS), Pierre Beregovoy, discutieron durante tres horas y media para, al final, «comprobar que persisten nuestras divergencias». A pesar de estas últimas, los dos partidos estiman posibles acciones comunes a nivel municipal. Este resultado mediocre no ha sorprendido a nadie, porque es la continuación lógica de la trayectoria que han seguido las dos formaciones francesas de izquierda desde que el día 22 de septiembre de 1977 consumaron la ruptura de las negociaciones sobre la actualización del «programa común».

La trayectoria de los socialistas y comunistas, a lo largo de los dos últimos años, se ha caracterizado por una falta total de autocrítica.