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Un tribunal de la RFA pone en libertad a una dirigente de la Baader-Meinhof

La presidenta de la sala veintidós del tribunal de Francfort ha levantado la orden de detención dictada en 1974 contra Estrid Proll, cofundadora de la organización terrorista Baader-Meinhof, atendiendo a una petición del fiscal y del defensor en este sentido.

Astrid Proll, detenida en Londres en septiembre del año pasado y entregada posteriormente a las autoridades alemanas, había logrado escapar de la RFA después de pasar tres años en la cárcel, y seis meses en prisión preventiva, acusada de intento de asesinato de dos policías, asaltos a bancos, falsificación de documentos, tenencia ilícita de armas y pertenecer a una organización criminal, según los cargos presentados oficialmente.En relación con el primer punto de la acusación, ha sorprendido la negativa del senador de Justicia de Berlín de conceder permiso para declarar a uno de los dos policías supuestamente agredidos por Astrid Proll. Esta circunstancia ha movido al tribunal a considerar la imposibilidad de dictaminar sobre este capítulo, ya que no consideró suficiente una declaración escrita del agente. En el primer día de proceso se ha tenido en cuenta el criterio británico sobre pertenencia a una organización delictiva, que para los británicos no basta por sí sola para encausar a un sospechoso.

La poco común decisión del tribunal de Francfort parece relacionarse con un nuevo clima táctico en la lucha contra el activismo armado, orientando ésta a facilitar al máximo la «reconciliación social» de los antiguos militantes de organizaciones terroristas. Otra sospechosa de actividades similares a las de la señora Proll, Kristina Berster, que se mantiene oculta desde febrero pasado y figura entre los activistas más buscados de la policía, ha ofrecido regresar a la RFA y someterse a un proceso, según dice en una carta suya que publica hoy, jueves, el semanario Stern. El Ministerio del Interior parece dispuesto a facilitar al máximo esta nueva vía en la lucha contra el terrorismo, aprovechando lo que, según un reciente informe del ministro correspondiente, podría calificarse como «profunda decepción en la escena terrorista» respecto de los objetivos fijados por sus dirigentes hasta hace dos años. En el caso de Astrid Proll se ha tenido en cuenta el que ella misma pidió a las autoridades británicas ser entregada a la policía alemana, una vez que se le garantizó que no debería someterse a un régimen de aislamiento penitenciario.

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