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La conferencia de Londres debatirá tres proyectos de constitución de Rodesia

La conferencia constitucional sobre Rodesia inicia mañana su segunda semana de reuniones, tras el paréntesis del fin de semana, con el estudio de tres proyectos de constitución divergentes y antagónicos.

La primera semana ha producido pocos resultados concretos. Pero sería injusto hablar tan pronto de fracaso. Por lo menos, ha tenido la virtud de mantener a las dos delegaciones rodesianas sentadas en la sala de conferencias, aunque sus miembros oficialmente hayan hablado poco entre si, manteniendo el principio de que ambas partes sólo negocian directamente con la potencia colonial convocante de la conferencia, es decir, con Gran Bretaña.Los primeros días, tras la presentación respectiva de los casos, se dedicaron a intentar un acuerdo sobre el temario de la negociación. La posición británica era que el objetivo único de la conferencia era producir un nuevo texto constitucional, tesis a la que el frente patriótico se opuso con todas sus fuerzas por temor a que Gran Bretaña pusiera fin a las reuniones sin haber discutido temas tan importantes sobre la administración de poder en la transición y el control de las fuerzas de seguridad, lo que, de hecho, perpetuaría en el poder al actual primer ministro, Abel Muzorewa.

Carrington llegó a una fórmula intermedia: se discutirían los puntos propuestos por el Frente Patriótico, si éste aceptaba negociar en primer lugar la Constitución, Los nacionalistas contestaron que el orden de los factores no altera el producto y dieron su conformidad a las propuestas de Carrington.

A continuación, la delegación británica hizo circular entre las delegaciones un borrador de constitución preparado por sus expertos jurídicos.

Para contrarrestar el proyecto británico, las dos delegaciones rodesianas sometieron el viernes sus propios borradores constitucionales. El ofrecido por el obispo es una mera copia de la actual Constitución que le llevó al poder tras las elecciones de abril.

Dejando aparte la Constitución rodesiana vigente, que será indiscutiblemente reformada, las diferencias sustanciales entre el borrador británico y el presentado por el Frente Patriótico residen en la representación de los europeos en el Parlamento y en la constitución del ejecutivo.

Los británicos mantienen en su proyecto una representación parlamentaria para los blancos sobre la base de confeccionar listas electorales diferentes, aunque reducen considerablemente el número de sus diputados en la Cámara y les quitan la posibilidad de controlar las fuerzas armadas, la policía, el poder judicial y la administración.

Para Gran Bretaña lo ideal sería que el dirigente nacionalista Joshua Nkonio se convirtiera en el primer presidente constitucional del nuevo Zimbabwe, con Muzorewa como primer ministro. La cuestión es: ¿qué papel se reservaría a Robert Mugabe?

Por su parte, el borrador del Frente Patriótico no contempla ninguna distinción para los blancos. Las listas electorales serán únicas y la minoría europea no tendrá ninguna representación parlamentaria proporcional a su número. Los blancos no tendrán siquiera derecho a la percepción de pensiones por servicios a la Administración, y se privará de la nacionalidad de Zimbabwe a toda persona que no residiera en el territorio antes de 1965, fecha en la que Ian Smith procedió a la declaración unilateral de independencia. Por lo que respecta a la forma de Estado, el Frente Patriótico aboga por un régimen fuertemente presidencialista, con todos los poderes ejecutivos, incluido el nombramiento de primer ministro, en manos del jefe del Estado. Y aquí también hay rumores. Se dice que se trata de colocar a Mugabe de presidente y a Nkomo de jefe del Gobierno.

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