Marejada política en Cataluña ante las críticas de Tarradellas al Estatuto

La víspera de la festividad catalanista del Once de Septiembre se caracterizó por un incremento de la siempre larvada tensión entre Tarradellas y la práctica totalidad de los partidos políticos parlamentarios. Paralelamente se incrementaba el número de los que finalmente están dispuestos a ver cómo Tarradellas juega abiertamente a la prolongación de su mandato como presidente de la Generalitat o a su reelección. Tarradellas no asistirá a la celebración de la Diada autonómica.

Los puntos de interés de la jornada se centraron en la petición del pequeño partido republicano Esquerra Republicana de Catalunya de que Tarradellas se presente a la reelección; la reacción negativa de todos los partidos (incluida UCD y el propio Gobierno) ante las manifestaciones de Tarradellas en Gerona, criticando el proyecto de Estatuto, y la dura polémica suscitada en el seno del propio Consejo de la Generalitat, al negarse Tarradellas a emitir un comunicado en el que se aludía a la manifestación convocada para hoy y a la necesidad de votar positivamente el proyecto de Estatuto autonómico.También fue importante ayer la presentación formal por parte del PSUC de la candidatura del senador Josep Benet para la presidencia de la Generalitat, encabezando la lista comunista. El señor Benet dio a conocer un comunicado aceptando la designación, pero agregando que, en el caso de que los partidos catalanes se pusieran de acuerdo respecto a otro candidato unitario, él se retiraría y daría apoyo a la candidatura unitaria.

El Consejo de la Generalitat continuaba reunido a últimas horas de la noche de ayer, mientras en los medios políticos se aludía a la posibilidad de que Tarradellas estuviese preparando una crisis, probablemente en beneficio de sus siempre negados, pero no menos ciertos, deseos de reelección. El Consejo se había reunido a las once de la mañana. Tres horas después suspendía la reunión hasta las siete de la tarde. Los consejeros mostraban cansancio y preocupación. Fuentes directas informaron de un fuerte enfrentamiento entre Tarradellas y todos los partidos. Tarradellas deseaba evitar la publicación de un comunicado en el que se aludía a la manifestación de hoy y a la necesidad de votar afirmativamente en el referéndum.

Los partidos políticos, incluida la dirección de la UCD catalana, estaban profundamente molestos por las declaraciones de Tarradellas en Gerona elogiando su gestión y su Generalitat preautonómica y criticando el proyecto de Estatuto, al tiempo que, en su deseo de retrasar en beneficio propio el proceso autonómico catalán, Tarradellas expresaba su oposición a que se celebre el referéndum estatutario sin que antes fuese promulgada una ley orgánica -y no un decreto-ley regulándolo.

Unicamente Salvador Clotas, miembro de la ejecutiva del PSC-PSOE, replicó públicamente a Tarradellas. «Las declaraciones del presidente Tarradellas sobre el Estatuto son inoportunas y crean división y desconcierto. Soy partidario», agregó Clotas, «de que nuestro partido se defina. Creo que Tarradellas ha juzgado el Estatuto de forma muy despectiva. El Estatuto podrá no gustarnos en algunos aspectos, pero considerar mejor la Generalitat provisional que la que salga del Estatuto me parece demasiado.»

Por su parte, UCD tenía especiales motivos de disgusto en contra de Tarradellas. El hecho que fuera un partido republicano marginal el que propugnase oficialmente la candidatura de Tarradellas, hasta entonces únicamente defendida por UCD, constituía una cuestión grave, que puede ser calibrada como tal en altas instancias del Estado. Las estrechas relaciones de Tarradellas con el viejo partido republicano, del que fue secretario general, permiten sospechar un acuerdo previo entre los proponentes y el propuesto.

Finalmente, es de destacar que, a mayor abundamiento, Tarradellas estará hoy fuera de Barcelona cuando tenga efecto la tradicional manifestación catalanista, que cuenta con los pronunciamientos favorables de todas las fuerzas cívicas y políticas catalanas, exceptuada la presidencia de la Generalitat. No hay duda de que entre los manifestantes de hoy hay muchos que hace exactamente dos años y de igual manera solicitaban el retorno de Tarradellas.