El marxismo vuelve a aparecer en los proyectos de resolución política

Las 38 ponencias políticas preparadas por las federaciones del PSOE para el Congreso Extraordinario coinciden en pronunciarse sobre temas claves en la polémica interna de los socialistas: raíces ideológicas, articulación de una mayoría social o «bloque de clases», política de alianzas y modelo de partido. Esos pronunciamientos, no muy distantes en cuanto al problema ideológico (36 de las 38 ponencias reconocen la importancia del marxismo, aunque sólo dos incluyen esta palabra en la definición), se tornan polémicas, y hasta contradictorias, al analizar el tema de las alianzas, y sobre todo, el modelo de partido.A la vista de los proyectos de ponencia, parece evidente que la mención al marxismo será inevitable: la inmensa mayoría de las federaciones del PSOE colocan una referencia al mismo en alguna parte de sus textos. Este resultado de la agria polémica, si se mantiene hasta el final del congreso, parece retraer la cuestión al punto en que estaba en los albores del congreso de mayo, cuando Alfonso Guerra y Luis Gómez Llorente pactaron una solución en ese sentido, que luego se vio completamente desbordada.

Pero he aquí que la dinámica de los acontecimientos parece dejar viejos los textos en cuestión de semanas. Y así, ocurre que la nueva iniciativa andaluza, en el sentido de elaborar un documento común a sus respectivas federaciones, abandona en parte la formulación ideológica prevista en los textos moderados de Sevilla y Córdoba, y asume en cambio la redactada por la federación de Madrid, entre otras. Ese texto fue aportado a dicha ponencia por la llamada tercera vía, y se parece bastante al tratamiento de otras federaciones igualmente significativas. Veámoslo: «El PSOE asume el marxismo como método de unálisis y transformación de la realidad» (Cataluña), «El PSOE asume el marxismo como elemento teórico fundamental y como método científico de análisis de la realidad social para su conocimiento y transformación, sin renunciar por ello a otras aportaciones» (Euskadi), «El PSOE entiende el marxismo como un conjunto de elementos teóricos que permiten el conocimiento científico de la realidad social y sientan las bases para su transformación» (Madrid).

Quedarían, por tanto, fuera del acuerdo un grupo de posiciones aún más rotundas, tales como la primitiva ponencia de Málaga («El marxismo es la pieza angular del socialismo democrático y la culminación del humanismo») o varias federaciones del País Valenciano («El marxismo es el pilar ideológico y científico fundamental de la elaboración teórica y la práctica política de los socialistas»). Valladolid y Toledo son las únicas federaciones que han incluido el famoso término en la propia definición del partido, y al menos en la primera de ellas no parece probable que la delegación haga una cerrada defensa de tal posición.

Por otra parte, casi todas las propuestas de ponencia, lo mismo que el proyecto de documento unitario andaluz, se limitan a efectuar afirmaciones sumarias sobre el problema ideológico, con las que intentan poner fin a la polémica, y no entran en mayores explicitaciones de la cuestión. Ahora bien, la probable solución del tema proporciona un dato de gran importancia política: el sector moderado y las terceras vías tienden puentes mutuos -«¿síntesis»?- en estos momentos decisivos de la lucha interna.