Ministro de Macías en defensa de Trevijano y contra países socialistas
Lamento tener que comunicarle mi indignación por el título malintencionado «Ministro de Macías, en defensa de Trevijano», bajo el que su periódico ha publicado mi carta del día 6 de septiembre pasado.Comprendo que EL PAIS tenga la prerrogativa de titular las cartas dirigidas a su director. Pero no estoy seguro que esa prerrogativa le autorice a violar el sentido del documento.
No me molesta que emplee la expresión «ministro de Macías», puesto que lo he sido. Pero no es en calidad de ministro que le he escrito, sino bajo mi condición de perseguido de Macías y exiliado político.
Tampoco niego que yo pueda defender al señor Trevijano o a otra persona, si lo necesitan. Pero no es este el caso. Como dije expresamente, «no es mi intención interferirme en las cuestiones de la política interior española», y que «me considero en el deber de defender la verdad histórica de los hechos por encima de a quien favorezcan o perjudiquen».
Lo que me impulsó a dirigirme a los lectores de su periódico fue el esclarecimiento de una verdad, indiscutiblemente comprobada, y que, sin embargo, la prensa la silencia, como una nueva materia reservada. Me refiero a la influencia decisiva y general que determinados países socialistas han tenido en la evolución hacia la dictadura del presidente Macías, y en el mantenimiento del dictador. Y que se habla del señor Trevijano para ocultar que la Constitución dictatorial de 1973 fue redactada por el experto cubano señor Alvarez.