Un médico cansado
Me impulsa a escribir estas líneas el indignante comportamiento del médico que ejerce en la localidad madrileña de Becerril de la Sierra, en la madrugada del pasado día 15.El citado médico se negó a visitar a un enfermo a altas horas de la madrugada, alegando que estaba muy cansado y que él tenía un horario de visita en su consulta, a pesar de que fue informado del estado del enfermo -tenía más de cuarenta grados de fiebre y estaba delirando, por lo que no se le podía sacar de la cama ni trasladarlo a una clínica por temor a que empeorase-. «Que le den un antitérmico», dijo, sin saber siquiera cuál o cuáles eran los motivos de la fiebre.
Ante la desfachatez del médico, fue requerida la presencia de la Guardia Civil, personándose el cabo del puesto en compañía del padre del enfermo, en el domicilio del médico. Entonces, sí. Ya no hubo objeción alguna y efectuó la visita de urgencia que requería el caso.
Hay que añadir que al ser preguntado por el padre del enfermo sobre si tendría la conciencia tranquila en caso de que a su hijo le sucediera algo, el citado facultativo respondió que «naturalmente, y déjese ya de sermones».
La opinión pública tiene la palabra. Yo únicamente pido a Dios salud para los vecinos y residentes de ese bello pueblo de la sierra de Madrid.
