Joaquín Garrigues Walker,
el ministro adjunto al presidente, ya no es sólo el pelícano encerrado en una jaula de oro, de que habló en un famoso artículo literario. Ahora es también un frustrado aficionado al fútbol modesto. Quiso ser, en efecto, socio de un equipo murciano, el de Molina de Segura, de regional preferente, una especie de humilde Tercera División. Pero el equipo no le admite, porque la presencia del señor Garrigues en la sociedad podía politizar el fútbol. La agencia Efe, que es la que ha distribuido la noticia, asegura que el ministro renunciará a su ilusión y se contentará como simple aficionado al Mofina de Segura. El señor Garrigues es diputado por Murcia.
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