El rey Hassan de Marruecos no descarta la negociación sobre el Sahara
Un tono conciliador con Argelia, la sugerencia de un posible encuentro con el presidente Chadli Benjedid y la reiteración -quizá más para consumo interno- de que Marruecos está decidido a llegar hasta las últimas consecuencias para conservar el Sahara occidental son los puntos más relevantes en el análisis de la rueda de prensa ofrecida por el rey Hassan II, de Marruecos, el domingo por la noche, en su palacio de Fez.
Los que esperaban declaraciones espectaculares del soberano alauita quedaron defraudados, y sus palabras -en árabe y francés- ante más de doscientos periodistas llegados de todo el mundo no descartaron la negociación en el conflicto sahariano.Marruecos espera que las nuevas autoridades argelinas, más moderadas, acepten un acuerdo negociado en el tema del Sahara occidental, pero, no obstante, mantendrá a cualquier precio su dominio sobre el territorio, afirmaron ayer altos funcionarios del Gobierno marroquí, citados por la agencia Reuter.
Durante los noventa minutos que duró la rueda de prensa, el monarca no criticó a las nuevas autoridades argelinas. Hasta ahora -señalaron fuentes gubernamentales de Rabat- los ataques verbales de Marruecos se han dirigido generalmente hacia Argelia, pero en su conferencia de prensa el rey Hassan II afirmó que Libia es la principal culpable de la crisis del Sahara.
El rey Hassan, en su rueda de prensa, dijo también que Marruecos estaría dispuesto a permitir el acceso de Argelia a dos o tres puertos marroquíes del Atlántico.
A pesar de su tono conciliador, Hassan II puntualizó que Marruecos llegaría al límite para mantener su dominio sobre el Sahara occidental.
Para unos, la ocupación por Marruecos de DajIa y Oued ed Dahab ha sido un golpe audaz del monarca marroquí, que, después de haberse resarcido con él moralmente de la derrota sufrida por su diplomacia en Monrovia, obligaría a Argelia, si quiere defender de una manera solvente al Polisario, en más de mil kilómetros de su frontera meridional, a tomar una parte, cada vez más activa, en la confrontación.
Otros estiman, por el contrario, que el rey Hassan II ha quemado la última carta, la última concesión posible que podía realizar: reconocer al Polisario y aceptar su instalación en un Tiris el Garbia confederado con Mauritania. El tono moderado de la conferencia de prensa de Hassan II parece sugerir que el rey espera una réplica parecida del adversario, y que en cualquier caso no desespera de que Argelia, si en algún momento se vuelve receptiva a las amenazas por parte de Libia que insinúa Marruecos, llegue a un entendimiento con el vecino que ofrece reconocimiento definitivo de fronteras e incluso salidas al mar por el Atlántico.
Por su parte, el Gobierno español sigue sin reaccionar públicamente ante los nuevos movimientos producidos en la crisis magrebí. El silencio cara a la opinión pública nacional contrastó ayer con las declaraciones efectuadas por el ministro español de Asuntos Exteriores al diario francés Le Monde. Marcelino Oreja afirma que el Polisario es el único y legítimo representante del pueblo saharaui en lucha, y que en este tema la postura del Gabinete es «idéntica» a la de UCD. El señor Oreja reitera que España ya no es potencia administradora del Sahara, se muestra favorable a celebrar un referéndum en nuestra ex colonia y a que Madrid sea la sede de una conferencia internacional para resolver el problema.
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