Etxabe abandona su encierro en Sokoa, pero Continúa su huelga de hambre

Juan José Etxabe abandonó el domingo su encierro en la parroquia de Sokoa, después de una reunión con los informadores, para seguir en algún lugar, sin especificar, del norte del País Vasco, la huelga de hambre que mantiene desde hace trece días.Miembros del comité de apoyo al refugiado aseguraron que la medida ha sido adoptada para evitar una expulsión efectiva por parte de la gendarméría francesa, antes de que se hayan agotado los recursos legales. Ante el temor de que la situación pueda prolongarse, Etxabe pidió a sus dos hijas que abandonaran la huelga de hambre porque no desea que su salud pueda resentirse y reforzó su protesta personal amenazando con no ingerir tampoco líquidos hasta que se le reconozca el mismo status legal que el que disfrutaba antes del atentado que costó la vida a su mujer y en el que Juan José Etxabe recibió diecisiete balazos.

«Quiero vivir en paz, pero sin someterme a las arbitrariedades del prefecto. Quiero vivir en paz y no de rodillas», declaró Juan José Etxabe en la parroquia de Sokoa ante numerosos informadores, sobre todo franceses. «No sé qué delito he podido cometer desde el atentado en el que asesinaron a Agustzane», dijo también el refugiado vasco, «para que se me rechace el elemental derecho a vivir y trabajar aquí. Nadie me ha notificado ese delito y, por tanto, no lo conozco. »

Por otra parte, el comité de apoyo al refugiado vasco se ha dirigido por escrito a Jacques Chaban Delmas, presidente de la Asamblea francesa, que posee una casa en Ascain, cerca de San Juan de Luz, para pedirle que intervenga a favor del refugiado vasco, como va hizo en ocasiones anteriores. Otra carta parecida ha sido entregada a Frangois Mitterrand, líder del Partido Socialista francés, que descansa estos días en Anglet.