El régimen de Guinea será puramente militar

El nuevo régimen de Guinea Ecuatorial se confirmó ayer como exclusivamente militar, al menos hasta lograr la reconstrucción del país, depauperado por once años de dictadura del ex presidente Macías, derrocado por un golpe de Estado el pasado 3 de agosto. El teniente coronel Teodoro Nguema, el hombre que dirige el Consejo Supremo Militar que gobierna la ex colonia española, confirmó que el poder, será ejercido por los militares y pidió que se evite la aparición de tendencias políticas.

Nguema, que aparece de hecho como presidente y jefe del Gobierno de la nación, congregó en Malabo -la capital- a todos los funcionarios para explicarles en su primer discurso «programático» que en este momento el único objetivo debe ser la reconstrucción del país, arruinado por Macías. Añadió Nguema que el movimiento revolucionario que encabeza representa a todo el pueblo, por lo que no se tolerarán ambiciones de tribus.A este respecto cabe destacar que el nuevo dirigente guineano -educado en la Academia General de Zaragoza- ha proclamado el fin ole la hegemonía que mantenía en el país la etnia fang sobre la de los bubis. Macías, que era fang -Nguema también lo es-, mantuvo oprimido al pueblo bubi durante su mandato.

El presidente del Consejo Supremo Militar -embrión del futuro Gobierno, que todavía no ha sido designado, y que está compuesto por jóvenes oficiales a nivel de teniente, capitán y algún comandante- manifestó asimismo que colocará observadores en todos los sectores de la Administración para garantizar su buen funcionamiento.

Esta consideración del carácter militar del régimen hace temer a los observadores que la oposición a Macías -muy fragmentada y toda en el exilio- pueda abstenerse de colaborar activamente con los nuevos gobernantes.

Por otra parte, la normalidad comienza a volver al país y las nuevas autoridades tratan de borrar con los primeros decretos todo recuerdo del ex dictador, cuyo paradero continúa siendo un misterio. Los ecuatoguineanos han recibido por primera vez su correspondencia en sobres cerrados, ya, que hasta ahora los servicios de seguridad de Macías abrían todas las cartas procedentes del exterior. Los observadores conceden ahora importancia a la postura que adopte Estados Unidos, ya que Washington no ha reconocido aún al nuevo régimen.

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