Devastación forestal en el sur de Francia
La mayor devastación forestal de los últimos tiempos, «en tecnicolor», suspiran los desesperados bromistas, se ha abatido durante los últimos cuatro días sobre la Provenza francesa: 14.000 hectáreas de vegetación, víctimas de incendios que se sospechan criminales. Durante el mismo tiempo, en todo el sur mediterráneo francés y en Córcega ardían otras 10.000 hectáreas más. Ayer, a última hora, los 3.000 hombres que luchaban contra el fuego en Provenza creían haberlo dominado.Al pirómano o a los pirómanos autores de la catástrofe no les ha faltado ni un detalle en el espectáculo que, durante el último fin de semana, les han ofrecido los bosques de Provenza: 2.000 bomberos, llegados de varios puntos de Francia, militares y voluntarios lucharon día y noche contra el brasero devastador. El presidente de la República, Valery Giscard d'Estaing, interrumpiendo sus vacaciones durante un par de horas en el fuerte de Bregançon para sobrevolar, en un helicóptero, la tragedia ecológica que, por añadidura, retransmitida en tecnicolor a través de la televisión, era sufrida por todos los franceses. Los partidos de la oposición aprovecharon la coyuntura para echarle la culpa al Gobierno. Ayer, lunes, llegó un nuevo contingente de 3.000 personas de refresco para relevar a los «héroes» de los últimos tres días.
A la hora del balance de estos incendios que, cada año, protagonizan la canícula de agosto, dos hechos obtenían un amplio consenso: la falta e inadaptación de los medios para luchar contra el fuego y la mala gestión de los bosques. El presidente de la República prometió que, en el otoño venidero, el Gobierno estudiaría una nueva estrategia para proteger los bosques, ya que el «primer problema es la prevención».
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