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Reportaje:

Dentro de veinte años se pueden agotar las reservas de agua de la provincia

El tema de la infraestructura urbana está de actualidad. A diario las páginas de los periódicos ofrecen noticias que ponen de manifiesto su evidente deficiencia en nuestra provincia.Basta una tormenta de verano para que las sirenas de los bomberos atruenen Madrid, se inunden barrios, enloquezcan los semáforos, se paralice el Metro, nos corten la luz, el teléfono enmudezca e incluso, como hace algunas semanas, se derrumben varias viviendas.

-El nombre de Parla inmediatamente se asocia a la falta de agua de toda una población y a su enérgica protesta, y este no es un caso nuevo (Carmona) ni único (Fuenlabrada, Móstoles, etcétera) dentro del área metropolitana de Madrid.

La infraestructura básica de una ciudad es uno de sus pilares fundamentales, abarca el suministro, saneamiento y depuración de aguas, la energía eléctrica, gas, teléfono y eliminación de basuras. La situación a este respecto es deficitaria en toda la provincia, veamos un resumen:

En la provincia existen cuatro sistemas principales de abastecimiento de agua: el Canal de Isabel II sirve fundamentalmente a la capital; el río Sorbe lo hace a Alcalá de Henares, los pueblos de la sierra de Guadarrama tienen su propio abastecimiento (que atiende también a Majadahonda y Las Rozas), así como los municipios del sur (Pinto, Valdemoro, etcétera). Pasan de cien los que se abastecen mediante pozos, son unos cuarenta los que no tienen red de suministro de agua y, por último, hay municipios como Móstoles o Fuenlabrada que no están integrados en ésta red.

La falta de previsión en las dotaciones, el dudoso cumplimiento de la legislación (cuando ésta existe) en los barrios nuevos y, por supuesto, la falta de inversión en mejoras, conservación y nuevos trazados pueden sumirnos en breve dentro de un caos total. Para verlo no hace falta un alarde de imaginación, basta con echar un vistazo a los datos sobre las actuales deficiencias y el capítulo de inversiones necesarias para el año 2000.

Hoy por hoy existe un déficit de más de 50.000 metros cúbicos por día en el tratamiento de agua y faltan más de mil kilómetros de red de distribución por realizar; si no se detiene el actual ritmo de crecimiento de la población, al llegar a los diez millones de habitantes en la provincia (previstos alrededor del año 2000), se agotarán los recursos de nuestra cuenca hidrográfica, lo que exigirá costosos trasvases. Las soluciones existen, pero exigen una inversión, de aquí a finales de siglo, que supera los mil millones de pesetas.

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En lo que se refiere al capítulo de saneamiento y depuración, hay que decir que, en la capital, casi todos los vertidos se realizan al Manzanares (aumenta quince veces su caudal traspasar por Madrid), generalmente muy contaminados, dada la casi absoluta carencia de adecuados sistemas de depuración. El déficit de depuración afecta, sobre todo, a los centros con industria, es decir, principalmente Madrid y los núcleos con más de 50.000 habitantes, sintetizándose en unos 5.400.000 metros cúbicos por día. Para solucionarlo harán falta más de 5.000 millones de pesetas.

La red de saneamiento también es insuficiente, se calcula que hay aproximadamente unos 300.000 habitantes sin red, la mayor parte localizados en municipios pequeños, donde se necesitan, según Coplaco, 1.674 millones para creación de nuevas redes, mientras que en el año 1975, el Ministerio de Planificación calculaba más de 7.000 millones para red, y casi 3.500 para depuración.

A su paso por Madrid, la red de distribución de gas ciudad sólo llega a algunas zonas privilegiadas (la explotación sólo resulta rentable en municipios de más de 30.000 habitantes). En la capital esta red es en muchos distritos, deficiente, por vieja y parcheada, así en Embajadores, Lavapies, etcétera, donde está en constante reparación.

Por otra parte, la eliminación de residuos sólidos, más de quinientas toneladas por día, reclama una mayor inversión para su tratamiento y un mayor espacio destinado a vertederos que, para la mitad de la década de los ochenta, se estima en 1.500 hectáreas, cifra que se multiplica por dos para fin de siglo.

Es necesario frenar el crecimiento demográfico

Si el presente parece cercano al subdesarrollo tercermundista, el futuro lo puede ser plenamente, si no se frena el crecimiento de población (la mayor parte, debido a la emigración a centros industriales), de acuerdo con las posibilidades reales de mejora y ampliación de servicios a medio y largo plazo.Hacia estos y otros muchos problemas que nos afectan están orientadas ya actuaciones, tanto municipales como provinciales, intentando subsanarlos, así el Plan de Saneamiento de Madrid quedó sin adjudicar por su aparente falta de dotación presupuestaria (33.000 millones de pesetas) por no haberse presentado ninguna empresa al concurso. Suceso que no extrañó a nuestro Ayuntamiento, que ya pensaba en la financiación del plan mediante créditos, al margen de las grandes empresas privadas que, por otra parte, habían pasado de ellos hace tiempo, cosa lógica, si recordamos que no hace muchos años la Comisión de Planeamiento y Coordinación del Area Metropolitana de Madrid (Coplaco) consideraba el déficit de infraestructura básica alrededor de los 45.000 millones de pesetas, lo que, debido al índice de aumento de precios, equivale en la actualidad a unos 60.000 millones.

Para el ya cercano año 2000 se prevé un déficit total de 1.300 billones de pesetas, en función de una población estimada para esta fecha en la provincia de Madrid cercana a los diez millones de habitantes.

Por todo esto no es de extrañar que el Ayuntamiento busque el sistema para reunir capital con el que ir haciendo frente a estos fantasmas, cada vez más reales, y, sí verdaderamente es esta la orientación que se le da a ese dinero, no puede darse por mal empleados los millones que se recauden en concepto de impuesto municipal indirecto sobre la gasolina (unos 1.500 millones anuales), aumento del impuesto de radicación y contribución urbana, transformación de las multas de tráfico en efectivas, emisión de deuda pública, e incluso préstamos del exterior.

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