«Atado y bien atado»
José María Díez Alegría escribió en este periódico, el pasado 28 de julio, un artículo titulado «Obispos documentales». Daba gusto leerlo. Con él entraba un poco de aire fresco en los casi asfixiados pulmones de nuestras conciencias. Tranquiliza leer que «los buenos moralistas contemporáneos están bastante de acuerdo en considerar que la estructura de la ley moral no es reductible a la de un código de recetas rígidas, sino que más bien es un conjunto de direcciones de valor en las que la conciencia ha de buscar la solución éticamente mejor». Es reconfortante y esperanzador. Sobre todo, cuando uno se pregunta por qué la Conferencia Episcopal pone tanto énfasis en pronunciarse sobre algunas cuestiones de la sociedad, a las que siempre da soluciones negativas, y deja de lado otras tan urgentes y sangrantes como el problema de los subnormales, a las que nunca da ni propone solución alguna.Plagiando de nuevo el proverbio que cita Díez Alegría, yo diría: mejor es toparse con una osa a la que le han quitado los cachorros, que con personas que continuamente se empeñan en dejar todo «atado y bien atado».
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.