Indicios de relanzamiento de la cuestión gibraltareña

Existen indicios en la capital británica de que algo nuevo se está gestando en torno a Gibraltar, como consecuencia de una inesperada visita realizada en la tarde de ayer al Foreign Office por el embajador de España, marqués de Perinat.El embajador Perinat se entrevistó durante cuarenta minutos con el lord de Sello Privado y portavoz del Gobierno en los Comunes en temas de política exterior, sir lan Gilmour. Tanto la embajada de España como el Ministerio de Asuntos Exteriores británico han pretendido quitar importancia a la entrevista.

Un portavoz del Foreign Office declaró a EL PAÍS que se trataba de «una visita rutinaria» y fuentes de la embajada española han señalado a este corresponsal que durante la misma se habían realizado «las relaciones bilaterales entre los dos países».

Sin embargo, la visita ha sorprendido por varias razones en los circuitos diplomáticos londinenses. Primera, no estaba prevista, lo que indica que el embajador ha recibido instrucciones urgentes de Madrid para entrevistarse al más alto nivel (el titular del departamento, lord Carrington, viajó ayer a Lusalca para asistir a la conferencia de la Commonwealth). Y, segunda, sir Ian Gilmour se ha estado ocupando en persona y muy recientemente de los temas de Gibraltar.

En una visita a la colonia británica realizada a mediados de mes, Gilmour declaró que consideraba «injustificables» lo que calificó de «restricciones españolas» y añadió que era impensable una reanudación de las conversaciones entre los dos países mientras se mantuvieran las restricciones.

Gilmour celebró conversaciones en Gibraltar con el ministro principal de la colonia, sir Joshua Hassan, y el pasado viernes recibió en el Foreign Office al líder de la oposición gibraltareña, Maurice Xiberra.

¿Ha entregado el embajador español una protesta al Foreign Office por las declaraciones de Gilmour, o por el contrario, ha presentado alguna nueva propuesta que permita romper el actual punto muerto en que se encuentrari las negociaciones? Lo que es evidente es que no se solicita una entrevista urgente con el número dos de la diplomacia británica y se mantiene una reunión de cuarenta minutos, extensa para los niveles británicos, para discutir sólo temas rutinarios.