Sepelio de los dos guardias civiles victímas del atentado de Herrera

Dos de los tres guardias civiles heridos el sábado pasado en el atentado al cuartel de Herrera (Guipúzcoa) fallecieron durante las veinticuatro horas siguientes, Se trata del brigada Moisés Cardoso y del número Antonio Pastor. El tercero, Juan Alvarez, evoluciona favorablemente en la residencia sanitaria Nuestra Señora de Aránzazu, de San Sebastián, en la que se encuentra internado. El atentado fue reivindicado ayer por ETA militar, que se atribuye también la autoría del que costó la vida a los policías nacionales Emilio López de la Peña y Miguel Saro Pérez, el pasado día 23, en Bilbao, y del tiroteo a una pareja de Tráfico en Pamplona.El entierro del señor Cardoso se llevó a cabo en el pueblo de Encinasola (Huelva), ayer por la mañana. Moisés Cardoso deja tres hijos, de veintiuno, diecinueve y once años de edad. El cadáver de Antonio Pastor fue trasladado a Valencia, de donde era natural la víctima. Previamente, se celebró en el Hospital Militar de San Sebastián un funeral en sufragio de su alma.

Los actos de violencia en el País Vasco y en Navarra proliferaron a lo largo del fin de semana. En Pamplona, dos policías resultaron conmocionados al intentar desactivar, el domingo por la mañana, un artefacto que explosionó sin que, afortunadamente, la onda expansiva les alcanzara de lleno. La bomba estaba situada en una de las ventanas de un antiguo cuartel de la Policía Nacional, que se encuentra deshabitado.

A las 3.30 de la tarde del mismo domingo, explosionó un artefacto de unos cien gramos de goma-2 en las taquillas del puente colgante de Portugalete (Bilbao). La onda expansiva rompió los cristales de viviendas cercanas. También en el barrio bilbaíno de Urioste, en San Salvador del Valle, cuatro ocupantes de un Seat-1430 intentaron atropellar a dos guardias civiles que se encontraban en un control de carretera. Otros dos individuos robaron a punta de pistola un Renault-8 en la carretera de Santo Domingo.