Autonomía y autodeterminación dividen a los comunistas canarios
La crisis interna que aqueja al Partido Comunista de Canarias, agudizada a raíz de los resultados electorales obtenidos en las dos últimas confrontaciones y que deriva de la existencia desde hace algunos meses de una serie de enfrentamientos políticos, ideológicos y personales, que se han traducido en una clara división entre los propios militantes del PCC, se ha puesto de manifiesto en el transcurso de las sesiones de trabajo del IV Congreso de esta fuerza política iniciado el viernes en Tenerife, y que será clausurado esta tarde, en cuyos debates y votaciones se han decantado las posiciones en dos vertientes.
Por un lado, la línea de inspiración marxista revolucionaria y autonomista, que apoya la trayectoria de actuación del Comité Central del PCC y además cuenta con el mayor número de delegados de los asistentes a esta cumbre comunista canaria. Y, por otro, la que suscribe los principios leninistas y aboga por la asunción del derecho a la autodeterminación del pueblo canario y de la que hasta incluso se especula con la posibilidad de que, en el supuesto caso de que sus planteamientos no prosperasen, y debido a ciertas coincidencias políticas con la coalición Unión del Pueblo Canario, podrían engrosarse en esta fuerza nacionalista.En torno a esta situación que se vive hoy en el seno del Partido Comunista de Canarias, José Carlos Mauricio, secretario general, en la lectura y defensa del informe político elaborado por el comité central saliente, y refiriéndose a la conquista por Canarias de su Estatuto de Autonomía y el acceso a su autogobierno, dijo que «cuando más cerca estamos de conseguir este objetivo político y que se trazó el PCC de una manera expresa y clara, hace ahora diez años, aparecen estas vacilaciones con mayor intensidad en algunos militantes de nuestro partido», y añadió que «vacilaciones que no son sin duda la mejor actitud con que enfrentarse a esta lucha de tan decisiva importancia».
Asimismo, el señor Mauricio aportó en dicho informe las posibles vías para salir del bache en que está sumido el Partido Comunista de Canarias y, en este sentido, manifestó que «para ello es necesario, en primer lugar, que el debate y las conclusiones de este IV Congreso se ajusten a la realidad, elaboren una línea política organizativa y de masas basada en la práctica real y en la experiencia de las agrupaciones y comités del partido, que han obtenido magníficos resultados».
« Paralelamente », dijo, «ayudar a crear un mayor espíritu autocrítico en aquellas agrupaciones donde predomine un criticismo anquilosado, una tendencia a la especulación y a replegarse sobre sí mismas.» Igualmente, y en lo que respecta a aquellas cuestiones candentes y prácticas, la actuación del PCC, para José Carlos Mauricio, debe basarse en «la mirada hacia fuera, atendiendo más a los graves problemas políticos y sociales, centrando más al partido en los temas fundamentales del movimiento obrero y popular en general de la crisis económica de la lucha por el Estatuto y contra la integración en la OTAN. »
Han sido tres las tesis, de contenido político, económico y social, que se han discutido durante los tres días de duración de este IV Congreso, enmarcadas todas ellas dentro del contexto de los objetivos que apuntaba en su informe el secretario general de esta fuerza política canaria.
A tal punto llega la crisis del Partido Comunista de Canarias que las juventudes no han asistido al congreso, en señal de protesta, por haberse incumplido por parte del comité central los acuerdos establecidos entre ambas organizaciones, los cuales garantizaban el compromiso del PCC en proponer, en aquellos ayuntamientos donde existieran concejales comunistas, la creación de consejos municipales y concejalías juveniles.
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