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La información arma de primera importancia para la agresividad comercial japonesa

La información es una de las obsesiones de los japoneses. Acompañada de eficaces sistemas de comunicación, a todos los niveles, es uno de los factores que contribuye a su eficacia para estar presentes y poder actuar con celeridad en cualquier mercado internacional. Varios diarios con tiradas superiores a los diez millones de ejemplares diarios, siete cadenas de televisión -incluida una en inglés-, ediciones de libros de todas las especialidades a precios muy populares, son algunas de las características más importantes en el capítulo de la cultura popular. «Los japoneses son uno de los pueblos más cultos del mundo, aunque su especialización les encasilla en sus temas específicos y no se interesan por el resto», comenta un profesor europeo. Ramón Vilaró informa.

Entrar en una librería en Tokio ofrece siempre el mismo espectáculo. A cualquier hora del día están llenas de gente leyendo revistas o libros. Muchas personas aprovechan sus ratos libres para leer, naturalmente de pie, en una librería. Nadie se inquieta de si compran o, como dicen algunos japoneses, aprovechan para leer por capítulos cualquier obra literaria, tratado de matemáticas o novela de amor. Un libro de bolsillo cuesta entre doscientos y cuatrocientos yens (entre sesenta y 120 pesetas). Un libro de arte, con excelentes reproducciones en color, se vende a 1.200 yens (360 pesetas). El interés por la cultura es todavía superior cuando se trata de estudiantes. Cruzar decenas de estudiantes, bloque de apuntes en mano, una tarde de domingo en el Museo Nacional en Tokio, es «lo más normal. Los demás días están siguiendo sus cursos en la universidad, y el domingo es el único día para confrontar apuntes», explica un amigo japonés. Se calcula que unos veinte millones de personas utilizan su tiempo libre para perfeccionar conocimientos o estudiar nuevos temas.

La potencia de los medios de comunicación

«La principal finalidad de nuestro diario es servir al bien público», dice Masateru Shiga, asistente del presidente del diario Asahi Shimbun, uno de los grandes de la prensa japonesa, con diez millones de ejemplares de tirada diaria, en sus dos ediciones de mañana y tarde. «El 99% de nuestros lectores son suscriptores que reciben directamente el periódico en su domicilio», añade el señor Shiga. Considerado como el diario de mayor prestigio de Japón, Asahi Shimbun emplea a 1.800 periodistas, en sus distintas redacciones nacionales. Sólo en el extranjero cuenta con veinticinco delegaciones propias. Fundado en Osaka, en 1868, el Asahi (Diario del Sol Naciente) tiene a su servicio 123 automóviles con chófer, 52 vehículos todo terreno, 82 motos, trece camiones, cuatro helicópteros y tres aviones.Es sólo un ejemplo que podría completarse con otros más, conro el Yomiuri, de tirada superior al Ashai, o la prensa especializada en temas económicos, caso del Nihon Keizai Shimbun, con «dos millones de ejemplares diarios y una redacción de mil periodistas», precisa su responsable en temas internacionales, Toshitaka Yoshida. Las estadísticas dan un promedio de tirada de diarios de unos sesenta millones de ejemplares, lo que corresponde a 1,23 diarios por familia en Japón.

«En las estaciones de ferrocarril existen cestos especiales donde tirar los periódicos leídos. Mucha gente los recoge para completar las informaciones leídas en su periódico habitual», precisa un periodista japonés.

La programación en los siete canales de televisión, dos semiestatales y los demás privados, es muy variada. Va desde los canales especializados en temas culturales, hasta la programación de espectáculos eróticos. La televisión oficial no tiene publicidad, y las cadenas privadas -con gran participación de capital de los periódicos, pero nunca superior al 50%- cuenta con publicidad, en unos índices de frecuencia y agresividad no superiores a los que tiene Televisión Española. Los cursos de idiomas (incluido el español) son diarios en la televisión. El japonés acusa con frecuencia a los extranjeros de realizar poco esfuerzo por aprender su lengua. «ldionía que no es más difícil que otro cualquiera», comenta Francisco, un arquitecto catalán, becado dos años en Japón para perfeccionar conocimientos.

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La información como factor económico

Cada ministerio tiene sus propios clubs de prensa, abiertos sólo a los titulares que siguen día a día sus actividades. «Aquí no existe una prensa polémica y contradictoria, como en los países europeos», afirma el señor Yoshida, periodista de un semanario de información general. La Pasión por estar informado de lo que pasa antes de salir de casa por la mañana es general. El ciudadano japonés quiere estar al corriente de lo que sucede antes de acudir a su trabajo.Visitar la sala de telecomunicaciones de una gran sociedad comercial japonesa explica por sí solo uno de los factores esenciales de la gran competitividad comercial de Japón. «Estamos directamente comunicados con nuestras 126 delegaciones repartidas en todos los continentes. Este mensaje que viene de París es enviado directamente a nuestra filial en Osaka para tratar este negocio», declara el señor Hare, directivo del departamento exterior de una de las grandes empresas comerciales niponas. «Tratamos unos 40.000 mensajes por día y nuestra red de telecomunicaciones es de unos 40.000 kilómetros», añade Tomatuso Kanetake, de otra firma de la competencia. Líneas de telex abiertas veinticuatro horas al día reciben informaciones sobre cualquier asunto que pueda interesar a la empresa: desde la cotización de un metal no férreo en la Bolsa de Londres, hasta el comentario económico de un diario de Madagascar.

Los servicios de datos de las grandes universidades japonesas son también muy potentes. «Hay prioridad a la recogida de datos sobre todos los ternas», gustan repetir los japoneses, incansables preguntones, muy sensibles a la imagen de su país en el exterior. Para contribuir a un mejor conocimiento de Japón en el exterior, el Gobierno prepara una ofensiva, «al estilo japonés», a fin de sensibilizar al mundo de la realidad de Japón, «tratada, en general, bajo muchos tópicos en la prensa internacional», dicen en la sede del Nippon Press Center. Invitaciones prolongadas a periodistas extranjeros, a parlamentarios de otros países para que participen en sesiones de la Dieta -Parlamento japonés- y refuerzo de las delegaciones de información y prensa de Japón en el extranjero es el nuevo plan aprobado por el Partido Liberal Democrático, actualmente en el poder. Japón quiere mejor prensa, en particular en los países europeos. Serán necesarios otros esfuerzos que las invitaciones oficiales, en momento de crisis económica. Sobre todo, porque el comercio entre Japón y el Mercado Común, en el curso de este año 1979, puede aIcanzar un déficit para los nueve países europeos del Mercado Común del orden de los 8.000 millones de dólares, justificados, en un sistema de economía libre de mercado, por la mejor competencia de los productos japoneses, no sólo a nivel de precios y tecnología, en muchos casos, sino por la indiscutible mejor organización comercial y de comunicación de los japoneses.

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