La Asamblea portuguesa aprueba el proyecto socialista de amnistía militar
La Asamblea portuguesa aprobó ayer nuevamente el proyecto de ley de amnistía militar, que había sido vetado por el presidente de la República, general Ramalho Eanes, quien ahora se verá obligado a promulgarla. Socialistas, comunistas y la Unión Democrática Popular votaron a favor, mientras centristas, socialdemócratas y disidentes socialdemócratas, votaron en contra. El resultado de la votación fue de 137 diputados a favor, 87 en contra y tres abstenciones.
Con la aprobación de hoy, el presidente Eanes se verá obligado a promulgar esta ley, que además de dos aprobaciones de la Asamblea recibió ya el parecer favorable del Consejo de la Revolución.Esta ley beneficiará a los implicados en el golpe militar derechista del 11 de marzo y en el contragolpe izquierdista del 25 de noviembre de 1975.
Horas antes del voto de la Asamblea, el jefe del Estado mayor del Ejército portugués, general Pedro Cardoso, dirigió una severa advertencia al Parlamento, para reiterar las críticas de la jerarquía castrense al polémico proyecto socialista.
La ley de amnistía político-militar fue propuesta por el Partido Socialista. Votada por el Parlamento el pasado 25 de abril, esta ley motivó fuertes reacciones hostiles de la alta jerarquía militar que llevaron al presidente Eanes a vetar su promulgación.
La prensa conservadora acusa ahora al Partido Socialista de buscar deliberadamente el enfrentamiento entre el Parlamento y las Fuerzas Armadas, cuando sería más correcto relacionar la disputa con la necesidad de definir, una vez para siempre y sin ambigüedades, las relaciones entre poder civil y militar. Este tema fue abordado por el ministro de la Defensa del Gobierno dimisiónario en una intervención pública el pasado martes. El coronel Loureiro dos Santos lamentó que, una vez más, el Parlamento haya postergado esta definición «imprescindible y urgente», dejando para la próxima sesión la discusión del proyecto de ley de Defensa Nacional, con el pretexto de oponerse a la reintegración de algunas decenas de oficiales implicados en los pronunciamientos militares de 1975.
Actualmente los jefes de los estados mayores disponen de los medios necesarios para imponer su criterio, con o sin la autorización del Parlamento, como se vio recientemente con la expulsión de Otelo Saraiva de Carvalho. El antiguo cuerpo de Estado Mayor, de nuevo instalado en el alto mando de las Fuerzas Armadas portuguesas, pretende, sobre todo, defender su independencia en relación al poder civil.
El general Eanes es quien nombra los jefes de los estados mayores de las tres armas, pero no en calidad de presidente de la República, sino por acumular a esta función la de jefe de Estado Mayor General, circunstancia que no se produciría si lajefatura del Estado fuera atribuida a un civil. A su vez, los jefes de Estado Mayor concentran en sus personas poderes superiores a los de los ministros civiles, ya que disponen de la plenitud de los poderes administrativos y disciplinarios. La ley socialista de amnistía es considerada como una violación inadmisible de estas prerrogativas, al atribuir al Parlamento un derecho de perdón en materias disciplinarias y administrativas.
Extraño accidente militar
De «raro», «difícilmente explicable», ha sido calificado el accidente ocurrido ayer en el campo militar de Santa Margarida, a unos cien kilómetros de Lisboa, donde se celebraban simultáneamente el final de las maniobras «Martes 79» y la fiesta del Ejército de Tierra. El segundo y el tercer avión de una escuadrilla de Fiat, que efectuaban ejercicios de fuego real, fallaron el blanco que el primer aparato de la formación había ametrallado correctamente y dispararon sus armas a escasos metros de la tribuna oficial, sobre un grupo de cadetes.Se registraron dos heridos muy graves, cuya vida corre serio peligro. Sin la rápida reacción del vicejefe de Estado Mayor General, Altino Magalhaes, que ordenó inmediatamente suspender el ejercicio, los otros aviones hubiesen podido acertar de lleno en la tribuna donde se encontraban las más altas jerarquías del Ejército de Tierra, el ministro de la Defensa y tres miembros del Consejo de la Revolución.
El accidente no parece tratarse de un fallo técnico en la dirección del tiro, sino más bien de una confusión en la identificación del blanco. El comandante operacional de la región aérea se trasladó inmediatamente a la base aérea de Montijo, para averiguar, junto a los pilotos, el origen de la confusión.
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