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Tribuna
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Tomar las aguas

Rinus Michels estableció la costumbre de abandonar las concentraciones de Caldas de Montbuy por un stage previo a la temporada en un balneario cercano a su pueblo. Vujadin Boskov, que es el último invento yugoslavo, también ha impuesto para el Madrid el abandono de Navacerrada por una semana de stage en Zeist (Holanda). Esto del stage, que suena elegante, parece una moda de la que no podrán librarse los grandes clubs, porque ya se sabe que las manías se contagian.Los clubs de fútbol siempre han manejado el dinero alegremente, y en lo referente al despilfarro de divisas han sido modélicos. El Madrid hasta hace bien poco presumía de traer monedas fuertes más que de sacarlas. Comienza en ese sentido a complicar su balanza de pagos. De los francos que va a ganar en Bruselas tendrá que abonar una parte considerable en florines en esa semana en que va a tomar las aguas a Zeist, cuando lo propio del madridismo sería tomarlas en Cestona.

Por mucha filosofía que le quiera echar al asunto el señor Boskov, concentrar al equipo en Holanda es, de entrada, una cursilería. Supongo que para él será una satisfacción estar en plan vedette en un país del que no salió muy brillantemente, pero para el Madrid es un lujo innecesario.

Las concentraciones en países extranjeros están justificadas cuando el clima obliga a ellas, como es el caso de los nórdicos, que en invierno se vienen a Marbella. El principio de temporada además no justifica en modo alguno el que se prive a los jugadores de yacer con su mujer.

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