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Plan de las Naciones Unidas para contener el éxodo masivo del suroeste asiático

El secretario general de las Naciones Unidas, Kurt Waldheim, inauguró ayer en Ginebra la conferencia sobre los refugiados de Indochina, en la que se buscarán soluciones para cerca de 400.000 personas desplazadas en la región. En su discurso, Waldheim pidió a los países presentes que eviten un lenguaje acervo y que se abstengan de tratar las razones políticas del éxodo indochino. Manifestó que, sin embargo, si se logra poner en marcha una ayuda humanitaria suficiente, ello permitirá en el futuro abordar en mejores condiciones el problema político planteado por los refugiados que abandonan la península de Indochina.

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Waldheim destacó la labor realizada hasta el momento por la Alta Comisaría de las Naciones Unidas para los Refugiados, que facilita ayuda, en la actualidad, a más de 300.000 personas en la región y contribuye a acoger mensualmente a 10.000 nuevos refugiados.Para lograr una solución duradera al problema destacó entre los puntos claves de la reunión el asilo en los países del sureste asiático, las instalaciones necesarias para ello, el rescate de los barcos en peligro, las salidas ordenadas de refugiados y la reinstalación en terceros países.

Vietnam cooperará

Vietnam se ha mostrado dispuesto a colaborar ampliamente con la comunidad internacional para evitar el éxodo masivo de vietnamitas.El viceministro de Asuntos Exteriores, Phan Hien, presentó un plan de Hanoi para paliar el problema, cuyos puntos más importantes son los siguientes:

- La disposición de su país para cumplir el acuerdo firmado el 30 de mayo pasado con el Alto Comisariado de las Naciones Unidas para los Refugiados (HCR) para facilitar la reunificación de las familias separadas.

- La autorización a abandonar el país a todos los ciudadanos que lo deseen (excluidos quienes conozcan secretos de Estado, estén en prisión y otras categorías de personas).

-Su esperanza de que las salidas de su país se hagan por vía legal, de forma organizada y en orden.

-Su aceptación para establecer un centro de primer alojamiento en territorio de Vietnam, de acuerdo con la comunidad internacional.

- Su apoyo a la creación de nuevos campos de alojamiento, como, por ejemplo, de Estados Unidos, en Guam: de Japón, en Okinawa; de China, en la isla de Hainan, y de otros, en islas pertenecientes a los países del sureste asiático.

- Sugerencia de que se establezcan puentes aéreos y un mayor número de barcos para el traslado rápido de los refugiados de los campos de alojamiento provisionales a los países de asilo.

-En general, apoyo a que Estados Unidos y otros países desarrollados acojan al mayor número posible de refugiados y contribuyan económicamente a los planes del HCR.

Críticas chinas y británicas

El representante chino condenó a los Gobiernos de Vietnam, Kampuchea y Laos como los principales responsables «de la tragedia de los refugiados indochinos», incluida la Unión Soviética, país al que no mencionó directamente, refiriéndose a una «superpotencia que apoya a las autoridades vietnamitas».Por su parte, Lord Carrington, ministro de Asuntos Exteriores de Gran Bretaña, acusó a Vietnam de ser el responsable principal y directo del éxodo de todos los refugiados indochinos.

El ministro de Relaciones Exteriores de Filipinas, Carlos Rómulo, aplaudido al término de su intervención, anunció que su Gobierno está dispuesto a instalar un nuevo centro de tránsito con capacidad para unas 50.000 personas, que será financiado por las Naciones Unidas.

En general, todos los países de Europa que intervinieron ayer en la conferencia anunciaron el aumento gradual de sus posibilidades de acoger refugiados del sureste asiático, como asimismo el incremento de ayuda en dinero para labor humanitaria del HCR.

El problema es más grave que nunca

El alto comisario de las Naciones Unidas para los refugiados, Paul Harling, insistió en su presentación en el terrible éxodo del sureste asiático y recordó que desde el año 1975 un millón de personas han abandonado la península Indochina, de las cuales 200.000 se han logrado reinstalar en otros países y más de 350.000 permanecen en barcos o campos de refugiados.Insistió en que el problema es más grave que nunca a los cinco años de su comienzo y, en consecuencia, defendió la puesta en marcha del plan internacional de la Alta Comisarla para los Refugiados, que se somete a los distintos Gobiernos.

De dicho plan destacó los siguientes puntos:

- Reducir espectacularmente la cifra actual de 350.000 refugiados en los campos de la región.

- La creación de centros de tránsito de mayor capacidad para acoger, en primera instancia, a las personas que abandonan Vietnam, Laos y Camboya. Agradeció las iniciativas en este sentido de países como Malasia e Indonesia y pidió concretamente sus ofertas de lugares determinados para los nuevos campos.

- Mayores contribuciones de los Estados para sufragar los gastos inherentes a la amplia acción que lleva a cabo en la zona la Alta Comisaría para los Refugiados.

El alto comisario reprochó a América Latina su escaso interés por los refugiados del sureste asiático.

España, por intermedio del secretario de Estado de Asuntos Exteriores, Carlos Robles Piquer, señaló que su país acogería en el plazo de seis meses a mil indochinos, «con el preferente criterio de que se trate de familias completas y de huérfanos».

Hoy está previsto que hablen los representantes gubernamentales de quince países, antes de la clausura de la reunión internacional de la ONU, entre ellos, Estados Unidos.

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