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Escepticismo en EEUU ante el programa energético de Carter

El programa energético lanzado por el presidente Carter representa un «importante compromiso personal», pero resulta a todas luces impracticable. Esta es, en síntesis, la reacción de las principales figuras políticas, empresariales y sindicales de Estados Unidos, así como el comentario editorial de la mayoría de los diarios norteamericanos.

Esta parece ser también la reacción a escala internacional cuyo reflejo más inmed1ato se demuestra en la desconfianza experimentada en los mercados monetarios y bursátiles del mundo occidental. El oro ha subido en las últimas horas más de cuatro dólares por onza en Londres y Zurich, colocándose su compra en la cifra récord de 297 dólares por onza. El dólar norteamericano sufrió bajas en los mercados europeos y japonés y la bolsa neoyorquina experimentó una ligera ganancia de 1,37 enteros en su índice Dow Jones.«Las ideas del presidente Carter sobre energía levantan más preguntas sobre la posibilidad de su aplicación que respuestas sobre el futuro energético nacional. En resumen, existe muy poco convencimiento de que el programa funcionará como está previsto», comentó el diario The New York Times.

«El programa energético presidencial permanecerá por algún tiempo en la categoría de interrogante», escribió el Washington Post.

Una de las primeras interrogantes que presenta el plan de Carter es el de si Estados Unidos será capaz de lograr «una independencia energética» para 1990 y reducir drásticamente sus importaciones de petróleo del exterior.

Prensa, políticos y empresarios se muestran muy escépticos respecto a las cifras del programa de Carter y, en particular, la de 142.200 millones de dólares para conseguir petróleo sintético y un mayor desarrollo de la energía solar.

Para la oposición republicana, el programa energético está destinado, primordialmente, a conseguir la reelección de Carter, ya que las medidas a corto plazo, como las cuotas a la importación, son fáciles de ejecutar, y las a largo plazo no cubren ni siquiera el segundo período presidencial, que en cualquier caso acabaría en 104.

La industria del petróleo, la más poderosa del país, expresó en bloque sus dudas de que Estados Unidos pueda reducir sus compras de crudo a la vista de la costosa y no cierta utilidad de fabricar petróleo del carbón o de la corteza terrestre.

Carter ha querido dar un aviso a los países radicales árabes de la OPEP de acuerdo con el resto de los Gobiernos industrializados, pero al mismo tiempo se ha cuidado en privado de asegurar a Arabia Saudita que las criticas no iban por ellos.

Jimmy Carter se reunirá hoy y mañana con su equipo de consejeros y algunos miembros de su Gobierno para estudiar una reorganización de ambos.

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