Funcionarios que no cumplen

Debido a mi profesión, frecuentemente tengo que visitar distintas dependencias de la Administración pública. La falta de atención, si no de desprecio, de la Administración citada hace que me pregunte si verdaderamente «contribuir es hacer entre todos».En efecto, y para citar un ejemplo concreto, el día 28 de junio de 1979, a las 11.30 de la mañana, traté de hacer una gestión en el Ministerio de Sanidad, ante la Comisión Central de Saneamiento, ya que un escrito que a la misma había dirigido con fecha 5 de junio de 1978 aún no había sido cumplimentado.

Después de recorrer el edificio, en una especie de aventura kafkiana, conseguí descubrir que la citada Comisión se encontraba en los despachos 791, 792 y 793. Cuando al final llegué a ellos, descubrí que los tres estaban absolutamente vacíos, sin ningún papel encima de la mesa y en la más absoluta desolación. Me enteré de que la secretaria, señorita Pepita, se encontraba enferma y que de los tres ingenieros a cuyo cargo estaban las gestiones no me podían dar los ordenanzas del Ministerio ningún dato sobre su posible paradero.

Si la Administración pública, a través del Ministerio de Hacienda, solicita contribuyamos al mantenimiento del personal empleado en la Administración pública, debemos ser los contribuyentes los que públicamente exijamos que dichos empleados cumplan de manera escrupulosa con su obligación.

El país debemos levantarlo entre todos y no sólo entre los sufridos contribuyentes.