Firmado el pacto interconfederal UGT-CEOE
Culminado el acuerdo establecido entre la primera patronal del país, CEOE, y UGT, la central socialista iniciará de manera inmediata la negociación con el Gobierno, según anunció ayer el secretario general de esta central, Nicolás Redondo. El pacto suscrito entre ambas organizaciones fue firmado en la mañana de ayer por los dirigentes de las mismas. Su contenido, de acuerdo con la valoración efectuada por los señores Redondo y Ferrer, supone el acercamiento de las relaciones laborales en nuestro país al nivel que registran en la Europa occidental, «donde la presencia de la Administración en el ámbito laboral se reduce a la mínima competencia». Ambas partes niegan que el acuerdo comporte un pacto social.
Respecto al citado pacto, Nicolás Redondo señaló que es la primera vez, desde la legalización de las centrales sindicales, que se ha obtenido un acuerdo de esta naturaleza, introduciendo una vía de racionalización en el campo de las relaciones laborales.Por otra parte, señaló que con este acuerdo se ha conseguido un desbloqueamiento del tema de la presencia sindical en el seno de la empresa. Con él, dijo, se ha logrado la vía libre a las secciones sindicales de empresa.
Asimismo, «se ha eliminado el intervencionismo estatal en materia de homologación de convenios y de arbitraje obligatorio, con la supresión de la generalización de los laudos y reduciendo éstos a supuestos excepcionales basados expresamente en la ley. Se ha abierto el camino a la negociación articulada y se ha logrado que se acepte como techo único de representatividad el del 10%.
Un logro muy importante para la clase trabajadora, señaló, ha sido el acuerdo de aumentar automáticamente los salarios reales, al superarse en el mes de junio el 6,5 % del índice de precios al consumo.
Por otra parte, Nicolás Redondo dijo que en ningún momento UGT intentó llegar a un acuerdo global, sobre todo el contenido del proyecto de ley del estatuto del trabajador, y ni siquiera se planteó la discusión de determinados puntos con la patronal.
Ello no quiere decir, señaló, que UGT vaya a renunciar a plantear su posición sobre temas como la supresión del cierre patronal, aún más inaceptable por estar contenido en el estatuto de los trabajadores; la reducción de la jornada a cuarenta horas semanales; fijación de un mínimo de treinta días de vacaciones; reforzar las competencias de los comités de empresa, etcétera.
Nicolás Redondo añadió que considera una frivolidad afirmar que UGT ha roto la unidad de acción, ya que ésta, dijo, puede plantearse tanto desde un contexto de movilizaciones como en uno de conversaciones. «Pero la unidad de acción no puede pasar por la aceptación sin más de las tesis de otra central, cuando éstas están subordinadas a una estrategia política que le ha podido impedir la adopción de las medidas que reclamaba la situación actual.»
En cuanto a la posibilidad de que el Gobierno haga caso omiso de estos acuerdos, Redondo señaló que el Gobierno tendrá que tener en cuenta que es un acuerdo firmado por dos fuerzas importantes en la dinámica sindical y laboral. «Si así lo hiciera, se demostraría que está desvinculado de la realidad.»
Asimismo, agregó que UGT no ha renunciado a nada a cambio de firmar estos acuerdos. «Sabemos que vamos a ser criticados, pero pienso que es un paso que había que dar.»
Finalmente dijo que no considera este acuerdo como un pacto social, sino como un acuerdo confederal similar a los que se establecen en otros países de Europa occidental, y en el que se fijan grandes objetivos entre trabajadores y empresarios.
En cuanto a la posibilidad de que UGT no presentara enmiendas a la totalidad al proyecto de estatuto del trabajador, Nicolás
Redondo señaló que la filosofía sindical del proyecto de estatuto cambiaría mucho con la inserción de estos acuerdos. Posteriormente, y en caso de que esto se cumpliese, se procedería a la presentación de enmiendas.
Por su parte, Ferrer Salat explicó al término del acto de la firma que el acuerdo no supone un pacto social. Sobre la ausencia del mismo de Comisiones Obreras, el dirigente patronal explicó los preparativos de la reunión que próximamente celebrarán esta central y la patronal, y afirmó lamentar «el camino de Comisiones Obreras, contrario a la negociación y más partidario de las acciones de presión, que consideramos muy peligrosas en estos momentos. Confiamos en que sabrá aceptar el camino del diálogo».
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