¿ETA contra Andalucía?
Si al Gobierno (?) de UCD no le conmueven los gravísimos hechos que su inaudita incompetencia provoca en todos los sectores y actividades del país, mucho menos ésta u otras cartas van a servir más que para parco desahogo de quienes asistimos asombrados a sus torpes manoteos.La ETA y los vascos que apoyan sus crímenes y provocaciones, no contentos con envenenar las vidas de todas las demás regiones de España, a partir de su actividad en el propio País Vasco, inician ahora una agresión concreta y grave contra una de las regiones más deprimidas del país (Andalucía), y particularmente contra Málaga y los malagueños, la provincia con el índice de paro más alto del Estado.
El turismo es la única industria que medio funciona en Málaga, y de cuyos sustanciosos ingresos se benefician no solamente los vascos, sino el capitalismo nacional e internacional, ya que la parte que revierte en Málaga y los malagueños son las migajas que hacen que el hambre no sea un problema totalmente mayoritario en esa zona (aún).
Pues los valientes vascos de ETA se han venido ahora a bombardearnos ese casi único medio de subsistencia, dando una vez más la medida de un racismo y una cobardía que me temo que no se detecta sólo entre los terroristas.
Todo esto, ante la impunidad más total, pues los malagueños somos conscientes de que en absoluto una defensa eficaz es la que nos pueda proporcionar el Gobierno o su Ministerio del Interior. Si se les escapan inauditamente los atracadores del Banco Hispano en Barcelona (que tampoco eran ningunos Arsenio Lupin), estos vascos expertos del terror campan por sus respetos, con las consecuencias que ya sabemos. El pueblo vapuleado de mil maneras diferentes, y el señor Ibáñez Freire diciendo (hoy) que el terrorismo está vencido. Pues menos mal.
Andalucía es una tierra acogedora y abierta, donde muchos vascos viven ahora huyendo del terror que ETA les ha provocado. Ya se han producido incidentes con coches de matrículas vascas: son los beneficios que ETA, con sus ataques, y el Gobierno, con su «control», están dejando al pueblo.
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