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Manuel Martín dimite como director de TVE

Miguel Martín dimitió ayer como director de TVE, cargo que ocupó el 28 de agosto de 1978. Esta dimisión se produce un día después de que las Cortes comenzaran a debatir el estatuto jurídico de RTVE y, según ha podido saber José Ramón Pérez Ornia, a los pocos días de que el director general, Fernando Arias-Salgado, advirtiera severamente a Miguel Martín por el deterioro de la programación, gestión y gobierno de TVE.

Miguel Martín, director de TVE, dimitió de su cargo en la mañana de ayer, «por motivos estrictamente personales», según señala la nota oficial del gabinete de prensa de TVE, que añade: «Sin embargo, continuará en su puesto hasta el próximo día 28, por aconsejarlo así las necesidades de TVE» EL PAIS intentó obtener más información sobre los motivos de la dimisión o cese, pero la secretaría del director de TVE contestó, después de pasarle una nota al director, que Miguel Martín «no acostumbra ponerse al teléfono cuando tiene visitas. Envíen ustedes una carta al director del periódico o un telegrama para que, si procede, pueda darse una respuesta por escrito».El 28 de agosto de 1978 es nombrado director de TVE en sustitución de Rafael Ramos Losada, nombramiento con el que Fernando Arias Salgado, director general, revocaba el anterior de tres directores adjuntos -José María Carcasona, Fernando Bofill y Feliciano Lorenzo Gelices- y que había motivado una carta de denuncia por parte de 31 altos cargos de TVE. Las primeras medidas de Miguel Martín fueron, precisamente, disponer el cese, en breve período de tiempo, de José María Carcasona, director de programas, en precario desde que en la prensa y en las Cortes se planteó la denuncia por supuesta corrupción de Fernando Bofill (director informativo) y de Feliciano Lorenzo Gelices (director adjunto para la gerencia). Otros ceses, como el de Enrique de las Casas (subdirector de musicales), fueron interpretados como represalia por el escrito de los 31 altos cargos o como depuraciones, por falta de entusiasmo y colaboración, como es el caso de Antonio del Olmo, entonces director de ordenación social y personal. Los ceses alcanzaron, entre otros, a Pedro Macía, director del primer telediario, por negarse a leer el día 10 de enero de este año una nota impuesta por Miguel Martín y que el señor Macía consideró no veraz.

Al mismo tiempo que se producían estos ceses, Miguel Martín se rodeó de hombres fieles; unos, grises, como en el caso de Jesús López Navarro (director de la primera cadena) y otros de la vieja guardia, como Miguel Pérez Calderón o Pablo Irazazábal al frente de los informativos, así como de los actuales directores de telediarios, mientras se censuraban definitivamente programas -La semana, Escuela de salud- y enteros debates de La clave y Encuentros con las letras, entre otros ejemplos. Miguel Martín ya había sido director de programas de TVE en 1970. Según el periodista e historiador José María Baget, en aquella época se endurecieron los métodos de gobierno hasta el extremo de que Eurovisión se negó a retransmitir desde España la misa del Gallo. Hace tres semanas, más de sesenta programadores dirigieron una carta al director, ante los problemas de la actual programación de TVE, solicitando participación, trabajo y el reconocimiento efectivo de su categoría laboral.

Con anterioridad se habían hecho públicos otros documentos de profesionales de TVE, por ejemplo el de noventa mandos intermedios, en carta dirigida al director general, y en la que se decía: «Los mandos no somos copartícipes del caos empresarial, sino que, como el resto de los trabajadores, somos víctimas de él». Los realizadores de TVE plantearon idénticos problemas ante la falta de trabajo, la marginación de muchos condenados a los pasillos, por su ideología política, de izquierdas o liberal, y la casi nula producción de programas en Prado del Rey. Tras una larga crisis de producción, se decidió dar el visto bueno a proyectos de gestiones anteriores, como Fortunata y Jacinta o Sésamo y algún que otro de cosecha personal, como Sumarísimo, La verdad de..., el reciente contrato con el escritor José María Gironella para adaptar la novela Los cipreses creen en Dios, en veinticinco horas, duración que los técnicos consideran un despropósito.

El enfrentamiento con los trabajadores y la negativa de la dirección a negociar los numerosos problemas del medio, culminaron durante el mandato de Miguel Martín con la primera huelga en la historia de TVE. «Durante su etapa, las relaciones con los trabajadores han sido las peores en toda la historia de TVE», manifiestan portavoces del comité de empresa de RTVE. Desde hace algunos meses se generalizó en TVE el rumor de que la sección de televisión del diario El Imparcial, firmada con el seudónimo de Antonio Román, se debe a la dirección de TVE o a un equipo muy próximo al director. Miguel Martín fue advertido severamente por el director general.

Poco antes de que las agencias difundiesen la noticia de la dimisión de Miguel Martín, EL PAIS pudo saber de fuentes dignas de todo crédito que éste había cesado a Marino Peña, cuñado del ex ministro Rodolfo Martín Villa, del cargo de subdirector de programas infantiles. La dimisión o cese de Miguel Martín se produce al día siguiente de que en las Cortes comenzase la discusión del estatuto jurídico de RTVE. Durante la primera reunión en el seno de la Comisión de Cultura, celebrada el pasado martes, Juan de Dios Heredia, diputado del PSOE, denunciaba el último escándalo de TVE: el ex ministro de Educación José Luis Villar Palasí cobró medio millón de pesetas de la Dirección General de RTVE por la elaboración del anteproyecto de estatuto jurídico remitido por el Gobierno. Se da la circunstancia de que el señor Villar Palasí es cuñado del subdirector general Luis Ezcurra Carrillo y de que RTVE tiene, además de abogacía del Estado, un gabinete de asesoría jurídica con un importante equipo de abogados.

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