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Impetuosa reaparición de Strauss en el Parlamento alemán

La campaña electoral para los comicios de otoño de 1980 en Alemania Federal ha comenzado inopinadamente, con ocasión del debate parlamentario sobre las declaraciones del canciller Helmut Schmidt.

En relación con la crisis energética. Franz Josef Strauss, que abandonó el Parlamento federal en octubre pasado para concentrarse en sus funciones de jefe del Gobierno bávaro, ha reaparecido en el Bundestag con todo el ímpetu de sus mejores tiempos. Pero lo ha hecho en calidad de miembro del Bundesrat (segunda cámara legislativa) y no como diputado.Esto provocó una reacción contraria por parte de la socialdemocracia, que se resistió, sin éxito a tolerar que tras el jefe del Gobierno, Schmidt, interviniese su competidor en las próximas elecciones.

Canciller y aspirante coinciden en considerar el recurso a la energía nuclear como irrenunciable y en estimar que, dadas las actuales circunstancias de la RFA, no es necesario imponer medidas de ahorro, como el control de la velocidad en las autopistas o el racionamiento de combustible.

En torno a este debate se inaugura una nueva etapa: el canciller Schmidt deberá ahora impedir la división en la socialdemocracia sobre el problema de la energía nuclear. Un sector considerable de este partido persiste en su negativa a las centrales atómicas sin previas garantías de seguridad, mientras el canciller apela a esta industria pidiendo más información para la base. Los detractores mantienen que no hasta la información si no va acompañada de medidas concretas que impidan un nuevo Harrisburg. Strauss, proatómico sin matices, ha buscado durante el debate y después reafirmar su figura ante el partido democristiano. Tanto es así que no esperó a que el ministro Lambsdórff, titular de Economía, terminase su discurso y abandonó la sala plenaria antes de que éste hablase el primer cuarto de hora. El «nuevo estilo» ha movido ya a una primera dimisión significativa. El jefe del partido democristiano en la ciudad-Estado de Bremen ha optado por retirarse tras explicar que «no está dispuesto a cooperar al desmontaje de la Democracia Cristiana por Franz Josef Strauss».

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