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Mortal accidente del corredor aficionado Madrigal

José María Madrigal, modesto corredor aficionado, perdió la vida el domingo, al sufrir una aparatosa caída cuando participaba en una carrera organizada por el Club Ciclista Chamartín, con salida y llegada en Madrid. El infortunado corredor pertenecía al equipo Otero-Fuenlabrada, había fichado como profesional con el Kelme para la próxima temporada, y tenía veinticuatro años.

El accidente se produjo, aproximadamente, hacia el kilómetro cien de carrera. Se bajaba el puerto de Canencia. Madrigal marchaba escapado del pelotón, con otros dos corredores, intentando dar alcance a Bayo, ciclista que en aquellos momentos figuraba en solitario en cabeza de la prueba. Al intentar realizar un viraje, Madrigal perdió el control de la bicicleta y en su caída estrelló su cabeza contra una piedra, para salir rebotado a dos metros. El golpe fue tan fuerte que ni siquiera la «chichonera» sirvió de freno. Aunque no perdió la vida en el acto, la gravedad de las lesiones produjo su muerte poco después.Al parecer, en el lugar donde el corredor se desequilibró había una mancha de grasa, que pudo haber propiciado el resbalón. El primero en socorrer a ciclista fue su director deportivo, Máximo Pérez, que rápidamente se percató de la gravedad de Madrigal, al observar cómo manaba abundante sangre de su cabeza y tenía un agujero en la sien. En seguida se trasladó al corredor hacia Colmenar Viejo, y posteriormente, en ambulancia, se le llevó a la Ciudad Sanitaria Ramón y Cajal, cerca de La Paz, donde, curiosamente, finalizaba la carrera. Según parece, la ambulancia oficial de la prueba no pudo llegar al lugar del accidente con la urgencia necesaria, al circular junto a los corredores que formaban el pelotón. Queda dicho que la carrera estaba fraccionada.

José María Madrigal había nacido en Tomelloso (Ciudad Real), y contaba veinticuatro años. Era albañil de profesión y hacía seis años que se dedicaba al deporte de la bicicleta. Estaba considerado un buen escalador. Sus dos primeros equipos fueron el Almogávares y el Super-Ser. Esta temporada le había fichado el Otero-Fuenlabrada y para la próxima iba a militar en el nuevo equipo profesional Kelme. Su sueldo iba a ser de 30.000 pesetas.

Deportivamente, Madrigal estaba considerado como una excelente promesa del ciclismo español. El año pasado particípó en la Vuelta a Chile. Esta temporada ya había alcanzado algunos triunfos, entre los que cabe destacar el Memorial Balenciaga, prueba que se celebró el mes pasado en la localidad guipuzcoana de Eibar. Este éxito prácticamente supuso su primer trampolín de cara a la profesionalidad y al contrato firmado con el Kelme. Madrigal pertenecía a una familia de condición humilde y tenía siete hermanos. Al parecer, alguno de ellos está acogido al paro. Sus padres le esperaban en la línea de meta porque había pronosticado que buscaría el triunfo, en la que, lamentablemente, luego iba a ser su última carrera.

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