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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Patrimonio sindical

En relación con su editorial del día 23 sobre el patrimonio sindical, deseo comunicarle mi opinión, que creo es la de la mayoría de los ciudadanos.Abstracción hecha de opiniones ideológicas o partidistas, los hechos son los siguientes:

a) Durante varias décadas, todos los españoles que trabajamos por cuenta ajena hemos satisfecho obligatoriamente la cuota sindical,

b) Por tanto, ese patrimonio así formado hoy es de todos los españoles y ninguna central sindical puede llamarse a él.

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c) Si todos los que aportamos dicha cuota estuviéramos hoy sindicados, de alguna manera podría hacerse un reparto proporcional de bienes en relación con el de afiliados.

d) Pero da «la casualidad» que la inmensa mayoría no estamos sindicados y los afiliados a las centrales son una exigua minoría.

e) Entonces, en razón a qué fundamentos, que no sean injustos, egoístas y apropiadores de lo ajeno, aparte de también políticos y económicos, pueden esgrimir dichas centrales y ustedes apoyar tamaño desatino?

f) Lo que han aportado todos, o una gran mayoría de españoles, trabajadores y empresarios, es lógicamente de todos, o sea, del Estado, porque con esos bienes pueden crear servicios para toda la comunidad, revirtiendo así dicha cuota en beneficio de todo el país.

g) Unicamente aquellos bienes o edificios que pertenecieron a la UGT deben volver a ella sin más dilaciones.

El Estado no es un Gobierno determinado, sino la representación permanente de la nación, y el Estado no puede regalar a unos señores que representan una opción sindical parcial y minoritaria un patrimonio de miles de millones sufragado con el dinero de la mayoría de los españoles.

Esto, que está tan claro para cualquiera, ¿cómo no lo está para ustedes? Me explico que las sindicales «arrimen el ascua a su sardina» a ver si el Gobierno sigue en su eterna línea de debilidad y consenso. Pero ustedes, que dicen ser un periódico serio e imparcial, ¿cómo pueden tener la mente tan sectariamente confusa?

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