Las diputaciones extremeñas exigen contrapartidas por el trasvase Tajo-Segura

La Diputación Provincial de Badajoz se ha solidarizado con la cacereña y ha suscrito también la moción que la Corporación provincial de Cáceres aprobó en su día, en la que se oponía a la materialización del trasvase Tajo-Segura hasta tanto no queden garantizadas las contrapartidas prometidas a la provincia. La Diputación de Badajoz ha ofrecido su ayuda a la de Cáceres y a la Junta Regional para conseguir los objetivos propuestos.

La Diputación de Cáceres se reunió en pleno el día 20 de junio para aprobar como único punto una moción en la que se recogía el sentir del pueblo cacereño ante el trasvase Tajo-Segura y oponiéndose a que ni un solo litro de agua salga del Tajo hasta que no se practiquen todas y cada una de las compensaciones contempladas en una ley que, por ahora, no se ha cumplido.Una indemnización a la provincia cacereña con cargo al Fondo de Compensación Interregional y abolir el estatuto de riegos del Segura hasta tanto no sea conocido por la Diputación de Cáceres fueron también las exigencias que la Diputación de Cáceres impone para que se inicie el trasvase. Si en el plazo de un mes no se obtiene respuesta adecuada, la Diputación advierte al Gobierno de acudir al apoyo de las fuerzas políticas y sociales y aun del pueblo para realizar las acciones conjuntas y directas que estime oportunas

Por otra parte, la Diputación de Toledo ha acordado ayer, en sesión plenaria, acudir a la manifestación contra el trasvase Tajo-Segura, que se celebrará el día 6 de julio. Asimismo, designó una comisión de diez diputados que se dedicarán única y exclusivamente a este asunto.

El presidente de la Corporación, Gonzalo Payo Subiza, manifestó su extrañeza ante el hecho de que después de haberse recaudado ya entre los madrileños varios millones de pesetas para la depuración de las aguas residuales de Madrid, la subasta de las obras haya quedado desierta, informa Efe.

La oposición de las autoridades toledanas al travase Tajo-Segura se debe a la posibilidad de que tal obra disminuya sustancialmente el agua del río Tajo, que se dedica en la provincia, fundamentalmente, a irrigación. La preocupación aumenta habida cuenta de que las aguas del Tajo quedan contaminadas por los vertidos de residuales de Madrid a su afluente, el río Manzanares, y que no cuentan con ningún sistema de depuración.