Reunión secreta de doscientos militantes de UCD

El martes se celebró una cena en el hotel Velázquez a la que asistieron unas doscientas personas, todas ellas militantes de UCD, entre las que se encontraban miembros de comités locales, de distritos, concejales y algunas personalidades a nivel de Madrid. El objetivo de la cena, convocada al margen de la comisión gestora y de los líderes más importantes del partido, sería la pretensión de formar una especie de comisión gestora paralela encargada de oponerse a las posibles imposiciones -según los promotores de la reunión- de la oficial, en cuanto a la confección de listas de candidatos para el comité provincial de Madrid, que deberá elegirse en el transcurso de la asamblea provincial prevista para este otoño.Los promotores de la reunión, según miembros de UCD pertenecientes al ala socialdemócrata del partido, serían personas que no han conseguido sobresalir en el partido, y que tratarían, mediante métodos poco claros, asegurarse un puesto en el próximo comité provincial. La mesa presidencial de la cena estuvo formada, entre otros, por Antonio Tello, Francisco Martín -hombre de Luis Puente y actualmente con un expediente abierto-, María Antonia Martínez -esposa del diputado Manuel Fraile-, José María Caneles y María Fusac.

Muchos de los asistentes no estuvieron de acuerdo con la exposición de la mesa, y la reunión alcanzó algunos momentos tumultuosos. Después de la presentación de objetivos de la misma, que en realidad consistirían en poner dificultades al normal funcionamiento de la comisión gestora del señor Núñez para «asegurarse un puesto al sol», se abrió un coloquio en el que varios de los asistentes acusaron a los miembros de la mesa de ambiciones personalistas y otras interpelaciones. Los enfrentamientos fueron a veces muy duros, y reflejan, en opinión de las personas consultadas, el estado de confusión en que se encuentran las bases ucedistas madrileñas, que hasta ahora no han tenido una participación real en la construcción del partido en esta provincia. El sector socialdemócrata sería partidario de que se permitiera un verdadero debate de las bases, a nivel interno de partido, «pero sin tener que recurrir a cenáculos y reuniones dudosas».