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Ofensiva de la izquierda labolista contra el moderado Callaghan

Mientras continúa el debate ideológico dentro del laborismo británico y la izquierda radical intensifica los esfuerzos para desbancar a la actual dirección moderada del partido, el secretario general del Labour Party, Ron Hayward, ha lanzado una angustiosa llamada a favor de la unidad entre todas las tendencias.

Existen en Gran Bretaña dos tendencias claramente definidas dentro del laborismo. De una parte, la izquierda, representada por el grupo Tribune, y que encabezan Anthony «Tony» Wadgood-Benn y Eric Heffer, y, de otra, los moderados, representados por el ex primer ministro y actual líder de la oposición, James Callaghan, y el canciller del Exchequer en el Gobierno «en la sombra», Denis Healey.El último de la serie de intentos destinados a conseguir el control futuro del partido por parte del sector representado por Benn y Heffer ha consistido en la presentación de una petición al grupo parlamentario laborista para que la facultad de nombrar a los miembros del gabinete en la sombra y a los portavoces en los Comunes recaíga en la totalidad del grupo y no en el líder del partido. Y aquí viene lo grave: «tanto si el laborismo está en la oposición como si está en el poder». De aceptarse esta petición, que será discutida en las próximas semanas, el equilibrio entre las distintas tendencias, que es la base del consenso existente en los dos partidos, se perdería por primera vez, al no contar un primer ministro con la facultad de decidir por sí mismo la composición de su propio gabinete.

Documento del ala izquierda

A esta petición ha seguido la publicación, por parte del izquierdista Heffer, de un documento sometido al grupo Tribune con el título de «Perspectivas políticas», y en el que se pide «una reafirmación apasionada de los fines socialistas del Partido Laborista». Heffer expresa su creencia de que, «siguiendo una línea moderada, el laborismo no irá a ninguna parte, debido principalmente a la profunda crisis del capitalismo».¿Cómo reacciona el público británico medio a estas tensiones y a este debate ideológico dentro del laborismo? La respuesta la ha dado ayer el secretario general del Partido Laborista, Ron Hayward, en un mitin celebrado en Londres. «Nuestro partido», dijo, «ha perdido el apoyo de la juventud, de muchos afiliados a los sindicatos y de los arrendatarios de las casas municipales; es decir, de aquellos sectores de la sociedad que tradicionalmente constituían nuestro soporte».

«Lo que falla», añadió, «es un análisis serio de los puntos de vista de votante británico medio, que no está afiliado al Partido Laborista y que sólo nos apoya una vez cada diez años. Y al inglés medio la doctrina le tiene sin cuidado. Lo que le importa son los temas concretos, como trabajo, educación, vivienda, servicios sociales y el mantenimiento de la paz».

«El número de afiliaciones al partido es deplorable», añadió Hayward, «como es igualmente deplorable el número de nuestros agentes reclutados». Para el secretario general del partido, «la respuesta consiste en empezar por poner en orden nuestra propia casa y que dejemos de recriminarnos mutuamente». Para ello es necesario que exista «unidad» y que «nos dediquemos a la creación del partido, no de un partido en el Parlamento y de otro en el país, sino de un único partido político laborista, tanto dentro del Parlamento como fuera de él».

La opinión de "The Guardian"

Es interesante contrastar la reacción de un periódico tan poco sospechoso como el liberal The Guardian ante las propuestas de la izquierda laborista. La iniciativa Benn-Heffer le parece sospechosa al periódico británico. Una radicalización laborista sólo puede producir una respuesta similar por parte de las filas conservadoras.

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