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Control del gasto e impuestos indirectos, bases del presupuesto británico

, A partir de este momento, la economía británica dará un giro de 180 grados como consecuencia de la presentación del primer presupuesto conservador anunciado ayer tarde en la Cámara de los Comunes por el canciller del Exchequer del Gobierno de la señora Thatcher, sir Geoffrey Howe.

El ministro de Hacienda británico habló a la Cámara con voz monótona pero firme durante 72 minutos. En este tiempo anunció a los «honorables miembros de la Cámara» y al resto de sus compatriotas cambios drásticos en la dirección económica del país, que van a marcar el rumbo que Gran Bretaña seguirá en los próximos cinco años.El mensaje fue de una claridad meridiana: la iniciativa privada y el individuo son los grandes creadores de riqueza de un país. El sector público no debe crecer nunca a costa del sector privado y la responsabilidad del Gobierno no consiste en conseguir que las personas ganen menos a través de un fuerte sistema impositivo directo, sino que gasten menos por medio de un sistema equilibrado de impuestos indirectos.

Para conseguir estos objetivos, el Gobierno británico se propone poner en vigor una serie de medidas que van desde la reducción del gasto público, en más de 1.500 millones de libras anuales, hasta el aumento de la tasa del valor añadido VAT -establecida hasta ahora entre el 8% y el 12,5%- hasta un total del 15%, pasando por una reducción sustancial de impuestos sobre los ingresos por trabajo personal.

El hacha conservadora sobre el gasto público es implacable. Por citar algunos ejemplos, sir Geoffrey Howe se propone reducir los gastos del departamento de Medio Ambiente en 440 millones de libras; los del Ministerio de Educación, en 55 millones; los del Ministerio de Energía, en 320. Y así sucesivamente. Solamente dos departamentos ministeriales se salvan de los cortes: son los de Defensa e Interior. De acuerdo con el manifiesto electoral conservador, los gastos de Defensa se verán incrementados en este año Fiscal en cien millones de libras.

Por lo que respecta a la reducción de impuestos directos, el canciller del Exchequer ha anunciado dos importantes medidas: los impuestos sobre ingresos anuales superiores a las 25.000 libras se reducen de un 83% a un 60 % mientras que también se reducen del 33% al 30% -los gravámenes sobre los sueldos inferiores. La escala impositiva a partir del 30 %, que hasta ahora se aplicaba desde las 8.000 libras anuales, pasará ahora a aplicarse a partir de las 10.000.

Al mismo tiempo, se establece una serie de medidas dedicadas a proteger la inversión privada, entre las que merecen destacarse la supresión del control de dividendos a partir del próximo 31 de julio y la reducción del impuesto sobre sociedades, aunque hasta ahora se desconoce en cuánto se verá reducida esta última.

La pregunta es: ¿de dónde va a sacar el Gobierno el dinero para compensar la pérdida recaudatoria? De dos capítulos principalmente: del aumento de la tasa del valor añadido antes reseñada y de la venta de acciones de empresas públicas, principalmente del conglomerado petrolífero estatal, British Petroleum, de la que espera conseguir una cantidad superior a los mil millones de libras.

¿Qué va a significar este paquete de medidas económicas para el contribuyente británico? Veamos algunos ejemplos prácticos: la pinta de cerveza subirá dos peniques, el galón de gasolina (4,5 litros), unos siete peniques (unas nueve pesetas), la botella de whisky, veintiocho peniques (unas 33 pesetas), el paquete de cigarrillos, seis peniques (unas ocho pesetas); un traje normal con chaleco, unas veintiséis libras (3.500 pesetas).

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