Eanes consulta con los partidos la salida de la crisis
Los dirigentes de los partidos políticos han retomado ayer el camino del palacio de Belem, por quinta vez desde mediados de 1976, para iniciar las siempre delicadas negociaciones que presiden en Portugal a la formación de los gobiernos. Mientras tanto, adversarios y defensores de la disolución del Parlamento se enfrentan en las páginas de los periódicos, con la intención no disimulada de influenciar la decisión del presidente Eanes.El jefe del Gobierno dimisionario, Carlos Mota Pinto, decidió ponerse resueltamente del lado de los partidarios de nuevas elecciones generales, celebrando, media hora después de su destitución oficial, una conferencia de prensa en la que atacó duramente el actual Parlamento y, más particularmente, la mayoría de izquierda comunista y socialista. Mota Pinto insinuó que el Consejo de la Revolución fue quien impidió al presidente Eanes aceptar las condiciones puestas por el ejecutivo para mantenerse en funciones: reafírmación pública de la confianza presidencial y disolución del Parlamento.
El PSD, y su presidente, Sa Carneiro, que pueden reivindicar para sí el mérito de haber sido los primeros en ahogar las elecciones anticipadas, tienen ahora que. luchar para no perder la iniciativa en provecho de los democristianos del CDS, que, durante mucho tiempo hostiles a estas mismas elecciones, pretenden ahora encabezar la oposición al actual Parlamento y ofrecen la concreción de un frente electoral antisocialista.
El presidente del PSD, cuyo congreso se inicia mañana, sin esconder la aproximación últimamente realizada entre socialdemócratas y democristianos, no puede ignorar las divergencias que subsisten y que pueden ser agravadas por el congreso. Un ala dura, cuyas posiciones en el interior del PSD han sido reforzadas por la disidencia de la izquierda del grupo parlamentario, es declaradamente hostil a la acción del presidente Eanes.
La salida de Mota Pinto y la primera entrevista con el presidente Eanes han dado nueva firmeza a los argumentos de Mario Soares contra la disolución inmediata del Parlamento, que considera innecesaria dada la existencia de otras soluciones. Inesperadamente, los más fuertes argumentos a favor de la constitución rápida de un nuevo Gobierno han sido formuladas por el viceprimer ministro del Gabinete dimisionario. Jacinto Nunes, ministro de Hacienda, que había abandonado el Gobierno antes de su dimisión, reveló ayer que el acuerdo con el Fondo Monetario, vital para la obtención de los imprescindibles créditos internacionales, estaba concluido y pendiente de una ratificación que no podrá ser concretada por un ministro dimisionario. Jacinto Nunes, que opone un «no rotundo» a los rumores acerca de su eventual designación como futuro primer ministro, formula severas acusaciones contra el Gabinete de Mota Pinto. Afirma que cuando aceptó la cartera de Hacienda, estaba convencido que se trataría de un Gobierno de técnicos, pero que pronto se produjo una toma de partido del ejecutivo que le restó los medios necesarios para emprender la resolución de los problemas de fondo.
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