Exito de la repoblación de salmones en Asturias
En las dos últimas semanas se han capturado en los ríos asturianos tantos salmones como en las ocho primeras de pesca. Esta es la consecuencia directa de las repoblaciones que se realizaron en 1974. Los alevines que se echaron por aquel entonces vuelven de nuevo a los ríos con un peso de cinco kilos. Las perspectivas han mejorado tanto que ya se cree que se superará el número de capturas de la temporada pasada.
A principios de la década de los años setenta los salmones sufrieron una enfermedad en la piel, conocida como «ulcerativa dermal necrosis», que provocó la mortandad de la gran mayoría de ejemplares, con lo que el desove fue prácticamente nulo. De no haberse repoblado los ríos por el Icona de Asturias, a cuyo frente se encuentra Juan Valle, ahora las capturas de salmones serían mínimas. En 1974 se repoblaron los ríos de la cuenca asturiana con 326.000 alevines. Los que supervivieron entran precisamente en esta época en los ríos y demuestran que aquellas repoblaciones fueron un éxito.De esta manera, los números decían que hasta el 14 de mayo el Sella había dado 328 salmones, pasando a 658 hasta el 31 de mayo; el Narcea ha pasado de 114 a 334, el Cares de 151 a 322, el Canero de 154 a 332, el Porcia de ninguno a cinco y el Navia de ninguno a cuatro. En dos semanas, pues, se han pescado más salmones que en las ocho primeras de desveda. En la actualidad, el censo de ejemplares existentes en el Sella es de 2.500, lo que resulta lógico, pues fue en este río donde se repobló con un mayor número de alevines.
La recuperación de la fauna piscícola en Asturias queda reflejada, además de por los 2.122.000 alevines de salmón echados en los últimos diez años, por la recuperación de aguas muertas por la contaminación. Ahora ya se han descontaminado veintisiete kilómetros del río Nalón. La meta fijada es conseguir limpiar el cauce de este río, que se pretende recuperar algún día como salmonero nuevamente. Otra prueba de la preocupación ecológica existente es que se pretende crear en breve el parque nacional de Muniello, con la prohibición ya actual de cazar y pescar. La abundancia de especies -la trucha concretamente- origina un desequilibrio, que se subsana trasladando ejemplares a otras zonas para su repoblación.
El problema, sin embargo, que se presenta en Asturias es la falta de guardería. De los 7.000 kilómetros de río que existen, 5.000 son pescables y para su vigilancia sólo se cuenta con treinta guardas. Ello no es obstáculo para que se persiga de cerca la pesca con red de salmónidos, principalmente en los estuarios de los ríos donde se captura fácil e ilegalmente el salmón. Para esta lucha contra el furtivismo se cuenta con la ayuda improvisada de los ribereños, que denuncian cuantos casos conocen, pues ellos son los primeros interesados en salvaguardar la trucha y el salmón, ya que hoy en día estas especies son el principal medio de vida de muchas familias mientras dura la temporada de pesca, no sólo por el comercio, sino porque permiten el establecimiento de puestos de trabajo eventuales en forma de gancheros o buscadores de cebo natural.
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