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El Ayuntamiento prepara para septiembre una serie de normas restrictivas del tráfico

La demanda potencial del transporte privado en Madrid supera hasta en un 200% la red viaria con que cuenta la ciudad, según cálculos de los técnicos responsables del Ayuntamiento. Según palabras recientes del alcalde, la circulación es el tema prioritario a resolver en la ciudad. La actual Corporación, con mayoría de izquierda, tiene en proyecto un conjunto de normas restrictivas de circulación de automóviles que afectarán en su momento al área comprendida en el interior del tercer cinturón de la ciudad (la M-30) y que, fundamentalmente, consisten en la limitación temporal de aparcamientos, en un fuerte incremento de zonas peatonales y zonas dedicadas en exclusiva al transporte público y en la posibilidad de limitar la construcción de aparcamientos en la zona centro, entre otras medidas coactivas.

«El problema que tiene Madrid es que la demanda potencial del transporte privado supera, posiblemente, hasta un 200% la red viaria con que cuenta la ciudad. Para evitar esta congestión se tienen que adoptar medidas que tengan como objetivo disuadir al conductor de que no tome su vehículo. En este sentido, la Delegación de Circulación y Transportes realiza un estudio de las medidas adoptadas por otros países y las posibilidades de implantación en Madrid», manifestaron fuentes municipales.«Estas medidas pueden ser de tipo positivo o negativo. Entre las primeras estaría la mejora de todos los sistemas de control de semáforos, su regulación más flexible y el incremento de la señalización fija. Las segundas abarcan una amplia gama, que va desde la segregación de zonas al tráfico privado hasta el control de las zonas de aparcamiento», manifestó uno de los encargados del estudio municipal.

Aparte de la búsqueda del máximo aprovechamiento en las medidas positivas, «cuyo efecto es mínimo», el Ayuntamiento quiere potenciar las negativas, «ya que son las que de verdad logran unos resultados aceptables».

«El estudio municipal se refiere principalmente a la limitación temporal de los aparcamientos comprendidos en la zona delimitada por el tercer Cinturón. A esta medida se podrían unir otras, también en estudio, como son el incremento de zonas peatonales y zonas especialmente dedicadas al transporte público, como ahora pasa con la calle de Fuencarral», informó José Luis Martín Palacín, concejal responsable de la Delegación de Circulación y Transportes. Asimismo, se estudia la posibilidad de obligar a los residentes de la zona centro a disponer de garaje y limitar al mismo tiempo la construcción de aparcamientos públicos en el centro de Madrid, como medida coercitiva para impedir el acceso de vehículos privados.

Estas medidas se complementarán posiblemente con la adecuación de la normativa sobre carga y descarga y la creación de unas zonas en las que se podría realizar esta actividad sin que por ello el tráfico se viera afectado.

Sobre el sistema de la limitación del aparcamiento son muchas las ciudades que la han considerado desde los dos aspectos de tiempo y cantidad. «Hay que diferenciar entre aparcamiento ligado a la residencia y aparcamiento usado por cualquiera. El primero es vital, en tanto que el segundo hay que abordarlo políticamente, ya que si un conductor sabe que no va a poder aparcar no tendrá más remedio que usar el transporte público», manifestaron fuentes municipales.

Soluciones internacionales

« Las medidas aplicadas en otras ciudades son muy diversas; desde capitales como Tokio, que no tienen ni una sola plaza de aparcamiento en la calle y que para vender un automóvil exigen al comprador que tenga garaje, hasta ciudades como París, donde las autoridades están abandonando la zona azul para adoptar el sistema e parquímetros por plazas.» El estudio municipal no quiere, según parece, dejar sin estudio ninguna de estas medidas, aunque algunas sean por el momento casi imposibles en su aplicación. Según uno de los técnicos consultados, en Londres se ha llegado a probar el peaje por permanencia, consistente en la colocación en los vehículos de un aparato que al entrar en una determinada zona comienza a contar pasos, que son cobrados periódicamente. La construcción de aparcamientos en azoteas, como ocurre en Manhattan, también parece difícil, y la instalación de barreras en algunas zonas, a las cuales se accede mediante un canon de peaje, como ocurre en Singapur, supondría un gran problema de control similar al que se derivaría de dejar cada día parados a la mitad de los vehículos madrileños.De todas estas medidas parece ser que las de mejor adaptación serían las de limitar el número de plazas en ciertas zonas e instalar sistemas de paquímetro por cada plaza ocupada -«Io cual haría muy difícil el tránsito peatonal en algunas calles que son muy estrechas» o parquímetro por calle, consistente en un único aparato con tarjetas que, una vez pagadas, se ponen en el automóvil.

El porcentaje de plazas de aparcamiento que podrían desaparecer no puede ser, según parece, muy alto, «ya que Madrid no está preparado para ello. Es necesario realizar un proceso lento porque cuando se han tomado medidas drásticas no han hecho sino complicar la situación», informó un técnico de la Delegación de Circulación.

Por su parte, el incremento de zonas peatonales supondrá, en caso de que se adopte, un nuevo problema a resolver por las autoridades municipales. «Algunas calles que habían sido consideradas como peatonales fueron abiertas de nuevo a la circulación, porque algunos comerciantes consideraban que les era perjudicial. Esta posible oposición motivará un estudio en profundidad sobre si la medida afecta o no a los comerciantes.»

Cualquiera que sea la medida adoptada tendrá que ir acompañada de una potenciación del transporte público, cuya estructura puede sufrir en los próximos meses un profundo cambio.

El consorcio de transportes

El debate sobre el proyecto de ley de un medio de transporte (el Metro) que en 1982 habrá duplicado el número de kilómetros en explotación, se unirá a la discusión del consorcio de transportes, cuyo plazo para la presentación de enmiendas termina el próximo sábado.De cara a la creación de este organismo, cuyo objetivo sería el de coordinar y planificar los transportes del área metropolitana, parece que existe el propósito de presentar el proyecto de común acuerdo entre los tres partidos que componen la Corporación municipal y que en sus programas electorales propugnaban su creación. «Por el momento, hemos hablado con el PCE para que se una a nosotros en la presentación de modificaciones al proyecto, y cuando tengamos una visión común intentaremos llegar a un acuerdo con UCD», manifestó Juan Claudio de Ramón, delegado de Obras y Servicios Urbanos y especialista en temas de transporte.

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