Un sacerdote británico desafía el celibato católico

Un sacerdote católico, que contrajo matrimonio el pasado marzo, se niega a dejar su cargo eclesiástico, alegando que las leyes de la Iglesia romana no condenan su situación.

Adrian Hastings, de cincuenta años, declaró ayer que su decisión de casarse con Ann Spence, anglicana de 39 años, fue largamente meditada y no se arrepiente de ella.

Después de estudiar a fondo las leyes de la Iglesia católica desde el siglo XIII, el padre Hastings llegó a la conclusión de que el celibato sacerdotal no es una obligación ineludible.

Basándose en ello, Adrian Hastings se casó con Ann Spence en una ceremonia oficiada por un clérigo anglicano y a la que asistieron unos sesenta invitados, entre los que se encontraban dos sacerdotes. La boda se celebró sin autorización de la Iglesia católica.

«Puedo considerarme un rebelde, pero soy un rebelde leal. Creo que aún puedo confesar a cualquiera y dar los últimos sacramentos en un caso excepcional. Me considero aún como un sacerdote aunque, por supuesto, temo la excomunión», afirmó el padre Hastings.