Educación sexual
El pasado 27 de abril y en la sección de cartas al director leo la enviada por el señor Ferreira sobre un filme dedicado a la educación sexual para niños.Al final, el señor Ferreira nos dice: «Son, pues, los propios padres los que, con toda delicadeza de que sólo ellos son capaces los que pueden y deben llevar a cabo esa labor educativa. Y los filmes, las conferencias, los coloquios que sobre el tema puedan promoverse, tendrían un alcance y una efectividad más completa si se dirigieran a la promoción de los padres para capacitarles, si no lo están, en tal función.»
Efectivamente, deberían ser los padres quienes dijesen a sus hijos el cómo y por qué de su creación, pero la realidad nos demuestra que no es así y que los padres (la mayoría) no poseemos los conocimientos necesarios y cuando los poseemos no sabemos o nos da miedo tratar el tema con nuestros hijos.
Entonces yo pregunto: ¿es mejor que nuestros hijos sigan aprendiendo su sexualidad, desgraciadamente, como lo hemos hecho nosotros, o, por el contrario, se eduquen utilizando los medios de los que hoy puede disponerse y que nosotros no tuvimos la suerte de conocer?; el filme, la conferencia, el libro, etcétera, son a mi juicio muy válidos y en el caso del filme, una imagen vale por mil palabras.
Yo he sido espectador del filme en cuestión en una sesión para padres que siempre, según el equipo creador del mismo, precede a la proyección infantil, y creo que está a la medida del niño, tanto científica como humanamente, y sentiría mucho que, ante la inhibición de los organismos oficiales, el filme se fuera a Estados Unidos, pues en el coloquio posterior a la proyección se habló de negociación para la venta a una firma americana, y luego tuviéramos que recomprarla, como nos ocurre con frecuencia con tantas otras cosas.
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