XXVIII Congreso del Partido Socialista no pudo encontrar una alternativa a Felipe González
El XXVIII Congreso del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) no pudo elegir una nueva dirección, ante la renuncia de Felipe González a presentarse a la reelección y la inexistencia de una alternativa al ex secretario general. La decisión del líder socialista, basada en su desacuerdo con la reafirmación marxista del partido en los términos contenidos en la ponencia política -entre otros motivos-, ha conmocionado la vida política del país. Una comisión gestora, presidida por José Federico de Carvajal, dirigirá el partido hasta la celebración de un congreso extraordinario.
Felipe González, que reconoció haberse equivocado en el planteamiento del problema ideológico, justificó su decisión de no presentarse a la reelección en razones éticas, y pidió a todos los militantes socialistas que no abandonen el partido y continúen luchando en el mismo. Las aclamaciones de los delegados y observadores permitieron a Felipe González obtener una victoria moral y fortalecer su figura de cara al congreso extraordinario, tras el deterioro sufrido a lo largo del congreso durante la discusión de las resoluciones.Los principales representante del sector marxista insisten en que no había operación alguna contra Felipe González, motivo de que no estuviera preparada una alternativa. No obstante, este congreso deja planteadas varias incógnitas, y los observadores políticos no comprenden por qué las personas que votan una resolución radical aclaman después a Felipe González como líder, y por qué la misma persona que defiende con éxito una resolución radical no consigue después apoyos para una ejecutiva coherente con aquellos planteamientos.
Por otra parte, muchos delegados al congreso comentaban, el pasado domingo, que la ejecutiva había dado muestras de impreparación en la discusión de las ponencias y, en general, de no llevar una estrategia definida de cara al congreso. A este respecto, medios de la ejecutiva cesante han aclarado a EL PAIS que la dirección llevaba una estrategia, básicamente constituida por el intento de amortiguar el debate ideológico con una fórmula pactada entre las distintas tendencias de la ejecutiva, y reforzar la ejecutiva con una lista abierta, en la que muchos puestos clave habían sido perfilados con anterioridad.
Sin embargo, la estrategia fracasó al no prosperar la fórmula conciliatoria en lo ideológico, acompañada de un tono general en el congreso bastante escorado hacia el radicalismo, lo que motivó un cambio de estrategia por parte de Felipe González, que anunció su decisión de no presentarse a la reelección.
Todo ello, unido a los intentos -fracasados de constituir, a última hora, una candidatura distinta a la ejecutiva saliente, ha proporcionado la impresión de que este congreso produce dos posturas finales: el sector más próximo a Felipe González y Alfonso Guerra considera que una gran parte de los delegados han mostrado su impreparación para afrontar la responsabilidad de este partido ante el país, al mismo tiempo que creen ver una «oscura maniobra» en los intentos de Enrique Tierno, Francisco Bustelo y Luis Gómez Llorente de formar una ejecutiva; mientras que los sectores más a la izquierda del partido estiman que el verdadero intento de Felipe González puede enmarcarse en una operación hacia la socialdemocracia, como salvación personal y de la línea que representa, frente a la contestación de una parte de las bases.
Durante la jornada del domingo circularon diversos rumores por el Palacio de Congresos -sede de la concentración socialista -, en el sentido de que el rey don Juan Carlos y el vicepresidente primero del Gobierno, teniente general Gutiérrez Mellado, habrían llamado por teléfono a Felipe González para expresar su preocupación por el desarrollo del congreso socialista. Fuentes próximas al teniente general Gutiérrez Mellado desmintieron ayer dichos rumores, al igual que medios autorizados han hecho lo propio respecto a la presunta conversación con el Rey.
Por el contrario, es cierto que Mario Soares, que asistió en Madrid al congreso socialista, recibió con enorme sorpresa la noticia de la decisión tomada por Felipe González, y se apresuró a pedirle que reconsiderara su postura.
Respecto a la celebración del congreso extraordinario, es probable que no se agote el plazo previsto -seis meses-, y fuentes socialistas no descartan su celebración en el próximo mes de septiembre. Cabe indicar que la representación de este congreso ya no será por agrupaciones locales, sino por federaciones provinciales, de acuerdo con una de las modificaciones introducidas en los estatutos.
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