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Pugna Arturo Moya-Manuel Clavero por la presidencia de la UCD andaluza

El nombramiento del diputado y portavoz del grupo parlamentario centrista en el Congreso, Antonio Jiménez Blanco, como presidente provisional del partido gubernamental en la provincia granadina, en sustitución del órgano colegiado que hasta ahora venía desempeñando esta función, ha sido interpretado en los sectores socialdemócratas de UCD de Granada como una maniobra de los liberales y democristianos para dejar fuera del comité regional andaluz al también diputado granadino Arturo Moya.

Según fuentes de los propios socialdemócratas granadinos, el nombramiento de Jiménez Blanco -que les fue comunicado directamente a los miembros del comité regional durante su reunión del lunes pasado en Jaén, a través de un telex firmado por el secretario general de UCD, Rafael Arias-Salgado- estaría, en efecto, destinado a impedir la presentación de Arturo Moya para la presidencia regional de UCD en Andalucía, frente a la candidatura que ellos denominan oficialista, encabezada por el ministro de Cultura señor Clavero.Debido a la campaña de protesta llevada a cabo por los socialdemócratas granadinos contra la decisión personal de Arias Salgado, a lo largo de esta semana, la situación ha sido ya, al parecer, resuelta, en el sentido de que los tres copresidentes de UCD de Granada podrán asistir a la asamblea regional del partido, a celebrar el lunes en Torremolinos, y podrán asimismo presentar candidaturas a la presidencia ucedista en Andalucía.

Según declararon a EL PAÍS algunos militantes del sector socialdemócrata, Arturo Moya contaría con el apoyo de siete delegaciones (Almería, Granada, Jaén, Málaga, Cádiz, Ceuta y Melilla) para su candidatura a la presidencia regional frente, a sólo tres delegaciones (Huelva, Sevilla y Córdoba) que apoyarían la candidatura de Manuel Clavero, lo que totalizaría una ventaja de más de veinte votos sobre cincuenta posibles a favor del diputado granadino. No obstante, las posibilidades reales del ex consejero del presidente Suárez frente a las del ministro de Cultura no son, ni muchísimo menos, tan claras y optimistas como las presentan sus partidarios, como viene a demostrar el hecho de que ni siquiera cuente en principio con los cinco votos de la delegación de Granada.

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