La revolución de Irán se repetirá en otros países del Tercer Mundo

Sucesos como la revolución iraní ocurrirán probablemente en otros países del Tercer Mundo durante el decenio de 1980 y constituyen una amenaza para el suministro de materias primas vitales a Occidente. comentó ayer el prestigioso Instituto de Estudios Estratégicos de Londres.En su análisis de la situación estratégica en 1978, el Instituto previene a las potencias occidentales que «sería un error considerar el caso iraní como un hecho aislado»,

El levantamiento ocurrido allí, que no pudo ser sofocado mediante el recurso a la fuerza militar, «reveló una nueva y fundamental amenaza para la seguridad de los Estados industrializados de Occidente en los años ochenta».

También puso de manifiesto problemas comunes a otros países del Tercer Mundo, señala el informe citado, que destaca la debilidad de los gobernantes que actúan apoyados en una pequeña base de poder, y «el atractivo que los ideales fundamentalistas ofrecen para quienes no pueden o no quieren adaptarse al ritmo acelerado de la modernización».

El Instituto señala que Occidente tendrá que encontrar formas de fomentar la estabilidad en el Tercer Mundo y añade que las potencias occidentales tendrán que replantearse las relaciones políticas y económicas con los países del Tercer Mundo Y cooperar más estrechamente entre sí.

El informe, de 140 páginas, indica que la revolución iraní supuso una ganancia estratégica para Moscú a costa de Occidente. Pero añade que sería un error atribuir el levantamiento iraní al Kremlin, ya que las fuentes de la inestabilidad tercermundista existirían incluso si los rusos no existieran.

En su informe, el Instituto comenta también el hecho de que China haya superado sus luchas internas por el poder y haya dejado atrás su política aislacionista, pero previene a Occidente contra la tentación de explotar la rivalidad chino-soviética.

Finalmente, el Instituto señala como problema potencial para la seguridad europea la incertidumbre existente en la Europa del Este. Muchos de los Gobiernos de la zona tienen planteadas crisis de sucesión, y los cambios en la dirección, unidos a otros factores desestabilizadores, como la crisis económica, podrían tener efectos muy serios en el campo de la seguridad.