Valladolid, sin transporte urbano de autobuses

Sólo tres semanas después de su constitución ha llegado el primer problema grave para el nuevo Ayuntamiento vallisoletano, con mayoría de izquierdas, y para su alcalde, el socialista Tomás Rodríguez Bolaños. Autobuses Urbanos, empresa concesionaria del servicio de autobuses de Valladolid, ha presentado por escrito su renuncia a continuar como adjudicataria del transporte urbano. La empresa alega pérdidas cuantiosas y se ha acogido al fallo del Tribunal Supremo, que en la sentencia del recurso promovido por TRAGSA, otra de las empresas que acudieron en su día al concurso, consideró ilegal la concesión.El inicio del problema se remonta a 1972, año en que se celebró el concurso para la adjudicación del servicio de autobuses de Valladolid. La decisión municipal favoreció a Autobuses urbanos aunque, según algunas versiones «presentó peor oferta». La empresa TRAGSA entabló recurso, por defecto de forma, y el Tribunal Supremo dio la razón a los demandantes y anuló la concesión. Sin embargo, TRAGSA no quiso ejecutar la sentencia, y Autobuses Urbanos continuó con el servicio hasta que ayer presentó su renuncia, que es el epílogo momentáneo del conflicto entre la empresa y los trabajadores, que ya se prolonga por espacio de varias semanas.

En estos momentos, la Corporación local de Valladolid, a la vista de la situación, tiene que decidir entre tres posibles soluciones: municipalización del servicio, creación de una cooperativa mixta Ayuntamiento-trabajadores o convocar un nuevo concurso.

En principio, la solución más factible parece la municipalización del servicio, ya que los empleados no parecen estar muy de acuerdo con la cooperativa y el nuevo concurso puede quedar desierto, como ha ocurrido ya en otras ciudades. En este sentido, algunos concejales vallisoletanos se han puesto ya en contacto con otros ayuntamientos españoles, especialmente con el de Gijón, donde se han producido problemas similares, para estudiar las fórmulas adoptadas allí.