Santiago Carrillo pidió a los comunistas no caer en una mecánica de venganza

Ayer por la tarde recibió sepultura en la Sacramental de San Isidro el cadáver del joven militante de Juventudes Comunistas de España, Andrés García Fernández, de dieciocho años, asesinado el domingo por la noche en la calle de Goya por un grupo de jóvenes pronazis.

El entierro estuvo presidido por los padres de la víctima, el secretario general del PCE, Santiago Carrillo, el primer teniente de alcalde del Ayuntamiento de Madrid, Ramón Tamames, y otros dirigentes.El cortejo fúnebre partió a las cuatro de la tarde del local del PCE, donde había estado instalada la capilla ardiente, en la calle de Abtao, 23. Varios miles de personas, en su mayor parte con identificación comunista, asistieron al entierro portando pancartas, banderas y coronas de flores enviadas por los partidos y centrales sindicales de izquierda. También había una bandera republicana y otra vasca. El féretro fue llevado a hombros por la calle de Cavanilles hasta la plaza de Mariano de Cavia, donde se formó la caravana de autobuses y coches particulares.

A la llegada del cadáver al cementerio de San Isidro, cuando los gritos resultaron más virulentos. Entre los gritos proferidos se reiteraron los de «Andrés, hermano, no te olvidamos» y «Vosotros, fascistas, sois los terroristas», así como contra Fuerza Nueva y el Gobierno.

A partir de ese momento todo se desarrolló en silencio. Una vez terminada la acción de dar sepultura al ataúd. Santiago Carrillo pronunció unas breves palabras en las que acusó a algunas autoridades gubernamentales de conocer a los componentes de las bandas fascistas y exigió que se acabase con ellas. No obstante, señaló que «no caeremos en la mecánica que origine otra guerra», y añadió: «Al terminar esta ceremonia laica, os pido que os disolváis pacíficamente y déis ejemplo de dignidad, de fuerza y de civismo.» Añadió unas frases de pésame a los familiares de Andrés, y puso a éste como ejemplo de los jóvenes comunistas.

Una vez terminado el funeral, se produjeron diversos incidentes en la calle General Ricardos, cuando, según información del Gobierno Civil, alrededor de ochenta militantes de la CNT intentaron cortar el tráfico en la mencionada calle y solicitar de los militantes comunistas que volvían del entierro que se sumaran a una manifestación de protesta. La intervención de la policía disolvió a los manifestantes y posteriormente se produjeron saltos en la calle de Antonio Leyva y la plaza del Marqués de Vadillo. Los enfrentamientos entre policía y manifestantes, con lanzamientos de botes de humo y pedradas respectivamente, se prolongaron durante media hora aproximadamente.